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Política

¿Qué fantasmas recorren la Argentina?

Por Emmanuel Benigni*

Cuando el gobierno de Alberto Fernández anunció la intervención de la cerealera Vicentín, un sector de la derecha salió a la ofensiva. Hablan de “comunismo” pero…¿Qué está verdaderamente en discusión?

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La decisión de Alberto Fernández, de intervenir y crear un proyecto para expropiar el grupo Vicentín, desató grandes debates en la sociedad argentina. Pero la polémica todavía no había empezado a desarrollarse, cuando comenzamos a ver expresiones que sólo agregaron miedo y, en fin, embarraron la cancha donde todavía debemos definir qué va a pasar con la empresa. Aunque el proyecto de intervención fue derogado, los fantasmas que se agitaron siguen vigentes.

Luis Miguel Etchevehere, terrateniente de Entre Ríos, ex presidente de la Sociedad Rural Argentina y Ministro de Agricultura durante el gobierno de Macri, salió a decir que con la expropiación “vamos camino a ser Venezuela”1, sanción que se convirtió en un cliché y en grito de guerra de la oposición. En la misma sintonía, la Senadora Nacional de Cambiemos por Córdoba, y actual videpresidenta del PRO Nacional, Laura Rodríguez Machado, cruzó a Caffiero diciéndole que los cordobeses “son refractarios a la idea comunista de apropiarse de los medios de producción por parte del Estado”2; no es menor que la Senadora se haya iniciado políticamente en la fuerza liberal Unión del Centro Democrático (UCD), dirigida por Álvaro Alsogaray, por la que fue diputada y luego candidata a Vicegobernadora3.

Con el material incendiario preparado, el fuego se propagó el Día de la Bandera; los incendios no fueron tan grandes, pero tuvieron resonancia. En la Capital federal, en Rosario y en Avellaneda, sede de Vicentín, hubo banderazos en defensa de la propiedad privada, con consignas como “Todos somos Vicentín”, y “No queremos comunismo”. Sugestivamente, ese mismo día, Mauricio Macri Twiteaba un puño con una bandera argentina, mientras que Patricia Bullrich, actual presidenta del PRO Nacional, declaraba que “los argentinos salieron a defender sus valores. No salieron por una bolsa de alimentos sino en defensa del trabajo, los derechos, la República”4; escenas similares se vivieron el 9 de Julio, día de la Independencia.

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El juego de la derecha argentina, agrupada principalmente en el macrismo, consiste en usar el caso Vicentín en su disputa contra el gobierno de Alberto Fernández. También intentan evitar el perjuicio de los intereses de uno de los principales aportistas a su campaña electoral. Para esto, apelan a ganar a una parte importante de la gente, ampliando lo que pueden unir en el golpe contra el gobierno, recurriendo a la treta discursiva de que se viene el comunismo y que, por lo tanto, no sólo está en peligro la empresa en cuestión, sino el capitalismo, donde incluyen la propiedad privada en general y los derechos individuales de todos y todas. Ahora bien, en estos planteos ¿Hay algo de cierto?

¿Qué entienden estos sectores cuando hablan de capitalismo? Para responder esto vamos a recurrir a uno de los publicistas más famosos de las propuestas anti comunistas: Javier Milei, representante del liberalismo a ultranza en nuestro país. Este último no pertenece al espacio político de Juntos por el Cambio; de hecho fue crítico de la gestión del ex presidente. Sin embargo, en estos temas parece haber grandes coincidencias conceptuales e ideológicas entre ambos; recordemos que la Senadora Rodríguez Machado tiene orígenes políticos e ideológicos similares a los de aquel: Álvaro Alsogaray planteaba que la Argentina vivía en una economía “semi socialista” por el gran peso del Estado en la misma5. No es menor, además, que gran parte de los cuadros políticos del PRO hayan pasado previamente por la Fundación Pensar y el Grupo Sofía; siendo ambas, organizaciones dedicadas a captar profesionales egresados principalmente de la Universidad Católica Argentina, para delinear planes de gobierno de orientación liberal6. Por todo esto, entendemos que podemos agrupar a estos sectores en lo que llamaremos la derecha liberal argentina.

Para nuestro propósito nos va a servir una Conferencia TEDx titulada “La estruendosa superioridad del capitalismo”7, que brindó Milei en San Nicolás en 2018, donde precisamente sintetiza algunos conceptos. En la misma hace una apología del capitalismo contra el socialismo; en su terminología no parece haber diferencias entre el sistema capitalista y el liberalismo, definido por la existencia de algunas instituciones: propiedad privada, mercados libres, división del trabajo, competencia y cooperación social; además del respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo y la poca intervención del Estado. El respeto de estos pilares a ultranza, pero sobre todo la poca intervención estatal, daría por resultado países “más capitalistas” que otros; es decir, es una visión donde encontramos “grados”, en cuyos extremos se hallan los Estados Unidos de un lado y Cuba del otro: si un país es completamente liberal, sería capitalista. Se destaca también la caracterización de los empresarios como “benefactores sociales”; si alguien tiene mucho dinero se debería a que ayudó mucho al prójimo. El socialismo sería, por el contrario, una sociedad con poco o nulo liberalismo, donde además predominarían valores como la envidia, el odio, el resentimiento, la desigualdad ante la ley, el robo, y los intentos de igualar a los que son desiguales.

Lo que llama la atención en todo esto, es que se caracteriza un sistema, el capitalista, por una política, la liberal. Es la política económica la que determinaría el sistema en su conjunto. El problema es que si podemos entender como “sistema” un tipo de sociedad con algunas características que la distinguen y la diferencian de otras, es muy reduccionista decir que son las políticas económicas las que pueden cambiar la sociedad en su conjunto. La confusión aparece de forma más clara en las recientes declaraciones que hizo el economista en la mesa de Mirtha Legrand: “Estamos en un capitalismo sin mercado, un socialismo sin plan. Esto no puede terminar bien ni de casualidad”8.

Sin embargo, con la expropiación de Vicentín no peligraría el capitalismo, al no peligrar la forma principal de relacionarnos para producir: el trabajo asalariado; ni es tampoco una “idea comunista” en sí, como no lo fue cuando Perón estatizó los trenes, puertos y empresas de energía durante la década del ’40. Lo que nos lleva a un segundo punto dentro de esta polémica: usar la mayor o menor presencia del Estado, como “termómetro de comunismo”, oculta la esencia del Estado como aparato de dominación que en cada momento histórico se halla en manos de determinadas clases sociales, permitiéndoles imponer y reproducir las reglas de juego de determinado modo de producción. Cuando observamos el avance del Estado sobre ramas de la economía, lo primero que se impone debería ser un interrogante: ¿En manos de qué clases sociales se halla ese Estado? En China, por ejemplo, donde este controla industrias, incide en los precios de los bienes, etc., está dirigido por el Partido Comunista Chino; pero los integrantes de este último son un núcleo de poderosos dirigentes, con privilegios con respecto a la mayoría de la población, que controla ese Estado, y por lo tanto la economía, en su beneficio: es una burguesía de nuevo tipo, burocrático monopolista de Estado; por lo tanto incluso China es un país capitalista, donde a millones de asalariados se les extrae plusvalía en beneficio de una minoría.

Pero esta alguna vez fue socialista; porque el socialismo existió: en la Unión Soviética hasta el golpe de Estado de 1957; en Cuba hasta el triunfo de la línea opuesta al camino del Che Guevara; y también en China, hasta el triunfo de la línea opositora a Mao Tsetung en 1978. Lo hizo mientras existió la dictadura del proletariado9, es decir, el gobierno de la clase obrera, capaz de decidir qué se producía, cómo se producía y cómo se distribuía.

En Argentina predomina el modo de producción capitalista, desde fines del siglo XIX. Sin embargo, esto no alcanza para describir con exactitud su realidad; aquel también lo hace en Estados Unidos y Alemania, y sin embargo estas son potencias mundiales, mientras en nuestro territorio reinan campantes la pobreza y el hambre. En un mundo que no es armónico, donde los fuertes tienen esta condición por aprovecharse de los débiles, Argentina es una formación económico social dependiente, oprimida por los imperialismos10: aquí las relaciones capitalistas llegaron de la mano de los imperialismos, asociados a los terratenientes y comerciantes que pasaron a construir y dominar el Estado a lo largo del siglo XIX; no un “Estado burgués” sino uno oligárquico e imperialista, donde el bloque de clases dominantes está conformado por terratenientes, por representantes de los imperialismos, y por burgueses “nacionales” en apariencia, pero en esencia asociados y subordinados a estos últimos, es decir intermediarios de los mismos. Esta condición dependiente se gestó y reforzó en el tiempo a través de las políticas económicas liberales: aceptando la intervención estatal para construir infraestructura que permitiera dar curso a las exportaciones e importaciones, para obtener deuda externa, para otorgar préstamos internos, pero no para blasfemias como la promoción industrial, la redistribución de la tierra y la creación de derechos laborales; de ahí que nuestras clases dominantes hagan de la misma su ideología predilecta.

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La derecha liberal lanza sus acusaciones desde la posición ideológica de las clases dominantes, con la táctica de hacer pasar como perjuicios al conjunto de los ciudadanos, lo que golpea sus posiciones de poder. Para esto mienten, hablando de que son medidas comunistas, de que es el primer paso para luego ir por las casas de la gente común, etc. Partiendo de la división que existe en el seno del pueblo, promueven la alienación en una parte del mismo: que un sector de trabajadores y capas medias no se reconozca como tal, y se piense de modo inverso, falso, diluyendo sus intereses de clase, para pensarse como individuos en pie de igualdad con los dueños de una de las empresas más grandes de nuestro país.

No es el capitalismo lo que peligra en la Argentina. Si el Estado no expropia Vicentín, lo más probable es que la empresa termine siendo comprada por monopolios imperialistas, o bien desguazada y contribuyendo a las mismas consecuencias: concentración económica y extranjerización. El fantasma que recorre la Argentina es el de la dependencia, que se puede profundizar; y es eso lo que realmente toca los intereses de la mayoría del pueblo; lo que peligra es nuestra ya golpeada soberanía. Por eso, la expropiación de Vicentín sería un paso soberano. A partir de ahí vendrá la lucha por avanzar en mejorar los precios de los alimentos, por fortalecer el mercado, por la participación obrera en su gestión, y para que la empresa no termine siendo una cáscara vacía.

No hay nada que le interese menos a los poderosos que los derechos individuales de las personas. Con la acusación de que estamos viviendo una “infectadura” y de que vamos camino a Venezuela, muestran una preocupación que no tuvieron al hacer negocios con las dictaduras. Están en contra de la intervención estatal sólo cuando esta les toca el bolsillo. Pretenden engañarnos, porque en este momento particular del país y del mundo, está en discusión quién paga los costos de la crisis mundial.

* Emmanuel Benigni. Profesor de Historia (ISFD 127). Se desempeña como tal en el nivel secundario y en el Profesorado de Historia del que egresó. Adscribe al materialismo histórico y viene desarrollando experiencias para defender su utilidad en el aula.

1 S/N (09/06/2020) Etchevehere, sobre la intervención de Vicentín: “Es ilegal, vamos camino a ser Venezuela”. Noticias Argentinas. Recuperado de: https://www.noticiasargentinas.com.ar/luis-miguel-etchevehere/etchevehere-la-intervencion-vicentin-es-ilegal-vamos-camino-ser-venezuela-n86134

2 S/N (18/06/2020) Por Vicentín, Rodríguez Machado cruzó a Santiago Caffiero en el Senado. La Nueva Mañana. Recuperado de:https://lmdiario.com.ar/contenido/228610/por-vicentin-rodriguez-machado-cruzo-a-santiago-cafiero-en-el-senado

3 LLORENS, L. (23/08/2016) Biografía no autorizada de la senadora del PRO Laura Rodríguez Machado. Streaptease del poder. Recuperado de: https://stripteasedelpoder.com/2016/08/biografia-no-autorizada-de-la-senadora-del-pro-laura-rodriguez-machado/#.XvsvlqFKjMw

4 SANTELLÁN, R. (20/06/2020) El mensaje de Macri, Bullrich y Cornejo tras el masivo banderazo contra la expropiación de Vicentín. Infobae. Recuperado de: https://www.infobae.com/politica/2020/06/20/vicentin-el-mensaje-de-macri-bullrich-y-cornejo-tras-el-masivo-banderazo-contra-la-expropiacion-de-vicentin/

5 Véase, por ejemplo, ALSOGARAY, A. (1969) Bases para la acción política futura, Buenos Aires, Editorial Atlántida.

6 CACIABUE, M. (S/F) Macri al gobierno, la aristocracia financiera al poder y el resurgir de la fuerza social política. Motor económico. Recuperado de: http://www.motoreconomico.com.ar/opinion/macri-al-gobierno-la-aristocracia-financiera-al-poder-y-el-resurgir-de-la-fuerza-social-poltica

7TEDx TALKS (11/02/2019) La estruendosa superioridad del capitalismo | Javier Milei | TEDxSanNicolás [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=jEEQ4bevw1Q

8 S/N (26/072020) Javier Milei: “Alberto Fernández es mentiroso y perverso”. La Nación. Recuperado de: https://www.lanacion.com.ar/economia/javier-milei-alberto-fernandez-es-mentiroso-perverso-nid2404729

9 ECHAGÜE, C. (1995) “¿Qué es el socialismo?” en Revolución, restauración y crisis en la Unión Soviética 2. La restauración capitalista, pp. 151-171. Buenos Aires: Editorial Ágora.

10 SPIGUEL, C. (2010) “De la Independencia a la dependencia” en MATEU, C [Comp.] Argentina en el Bicentenario de la Revolución de Mayo, pp. 12-56.Buenos Aires, Ediciones Revista La Marea.

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