Por Edith Liquitay
Profundos debates atraviesan el feminismo en el mundo en general, y Argentina en particular, existen diversas corrientes y formas de expresarlas, hay sectores que posicionadas en la realidad actual, quizás desconociendo años de luchas y conquistas, pretenden poner una divisoria entre feminismo conservador y feminismo disidente, lo cual es absolutamente falaz. El famoso “feministrometro” desde el cual se es más feminista si se cumplen ciertos requisitos, de lo contrario se es menos feminista. Esto desconoce la diversidad de feminismos en Argentina, que luchamos contra la doble opresión, por hacer visible lo naturalizado y que crecieron año tras año al calor de los Encuentros Nacionales de Mujeres, desde 1986 hasta la actualidad.
Históricamente las mujeres nos organizamos para reclamar derechos, hacernos escuchar, visibilizar la violencia e injusticias, defender nuestras conquistas y siempre ir por más. Por lo tanto ser feminista, activista o no, militante o no, es lo opuesto a ser tradicional o conservadora, conservamos la tradición de luchar, porque nos organizamos, para romper estructuras, nos organizamos luchando contra un sistema patriarcal, donde la diferencia por género aún es preponderante, en diversas esferas de lo economiso, politico y social.
Sin pretender hacer una cronología de lucha a lo largo de la historia, quiero plantear una posición política, respecto a debates actuales.
Como marxista entiendo que toda contradicción tiene dos aspectos uno principal y otro secundario. El principal es la organización, en Argentina llevamos 34 años consecutivos organizando Encuentros Nacionales de Mujeres, sin precedentes en el resto del mundo, organizándonos de forma autónoma, auto sostenida, autofinanciada, independientes, reforzando el federalismo, participando con horizontalidad, respetando la pluralidad y la heterogeneidad del diverso colectivo de mujeres en Argentina. En este camino fuimos conquistando derechos y ganando organización en los diversos planos sindicales, sociales, económicos, académicos, artísticos, científicos; solo por citar algunos. Porque al calor de cada ENM se fueron gestando organizaciones específicas tales como:
- Mujeres en la política porque hay una íntima relación entre la ley de cupo de 1991, donde exigíamos 30% de mujeres en los lugares de decisión, luego en 2017 fuimos por la paridad. Eso se discutió durante muchos años en los ENM, allí se gestaron agenda de lucha y muchas mesas de trabajo para redactar, delinear, presentar y defender esos proyectos.
- La RUGE Red Universitaria de Género, surgió en 2018. Previamente, mucho tiempo antes mujeres de las Universidad Nacionales nos encontrábamos y veíamos que dentro de las Universidad había mucho para trabajar. Se vio la necesidad de una organización específica del sector y surgió, podemos decir, al calor de talleres en los ENM.
- Las científicas que se encontraban en los talleres y planteaban como el sistema de investigación a nivel Nacional, estaba pensado para los hombres y no para mujeres, o cuerpos gestantes, porque somos nosotras las que debemos decidir continuar la carrera de investigación o truncar este camino por elegir ser madres.
- La Economía popular, los merenderos y comedores manejados principalmente por mujeres, tuvieron su espacio para debatir, la organización de cooperativas, planteando la necesidad de programas como AUH, jefas de familia, o Potenciar Trabajo y plantear agenda de lucha para reclamar específicamente sus necesidades.
- En los sindicatos, ámbitos sumamente masculinizados y en parte excluyentes de las mujeres, por sus formas de trabajo, tiempos de reuniones y demás, planteamos el cupo femenino en las listas, lo cual obliga a todo tipo de sindicato discutir la participación de mujeres en estos ámbitos y avanzamos.
- Las músicas que reclamaban espacios en los eventos públicos, cupo para mujeres artistas, que no contaban con paridad en eventos artísticos, pequeños o grandes, por lo cual no contaban con auspicio tampoco y todo con lo que, artistas hombres si contaban.
- La deportistas, las comunicadoras, estudiantes, artistas, visibilizando a los distintas comunidades originarias y al colectivo LGTBIQ+, empoderando y generando agenda pública de luchas y organización.
- El acceso a la salud y el decidir sobre nuestras cuerpas, se gestó la organización también en los ENM, junto con la campaña Nacional por la legalización del aborto desde 2005, podemos decir coronó con la ola verde en 2018, pero comenzó mucho tiempo atrás, muchos años de compañeras que perdieron su vida en ese camino, de transitar despachos con el proyecto, modificándolo, fortaleciéndolo, sumando adhesiones y avanzando en ponerlo en la agenda, año tras año en los ENM y el resto del año, cada vez con más fuerza. Hasta conquistarlo.
Entiendo que el aspecto secundario siempre ha sido año tras año, para sectores de las clases dominantes encontrar la estrategia para detenernos. Miles de mujeres organizadas en tantas áreas, siempre ha sido peligroso, ¿para quienes? Para quienes tienen en su poder definir las políticas públicas y dar respuesta a nuestros reclamos, como leyes, cupo laboral, trabajo genuino, jardines de infancia, programas sociales que den respuesta a problemas emergentes, etc.
UN POCO DE HISTORIA
Es de suma importancia reconocer que los Encuentros Nacionales de Mujeres surgieron en sintonía con la recuperación de la democracia, de la mano a la lucha de Madres de Plaza de Mayo, fuimos las mujeres las primeras en animarnos a hablar de lo que no se “debía” y hacer lo que considerábamos justo y lo hicimos, nos organizamos, coordinamos y avanzamos.
Los primeros años en los que fueron creciendo los ENM, intentaron silenciarnos, como en la historia, minimizarnos. Para los medios hegemónicos no era noticia que 9 o 12 mil mujeres de diferentes provincias se organizaron y sin generar disturbios, realizaran un encuentro plural con éxito, generando agenda de lucha hasta volver a encontrarnos.
Años después fueron entre 15 o 20 mil mujeres en un mismo lugar y ésto comenzó a ser difícil, casi imposible de silenciar y nuestro grito de lucha se hacía escuchar en diferentes provincias, con una organización única, autogestionada por las mujeres que se sumaron a las comisiones organizadoras de cada lugar. Al calor de la lucha y especificada de cada sector, se fue gestando la organización del colectivo LGTBIQ+, que siempre fue parte, porque nos atraviesan debates conjunto sobre economía, salud, ambiente y lo especifico, por eso dentro de los ENM se fueron abriendo talleres tales como: mujer lesbiana, activismo lésbico, etc. En 2013 en San Juan se abrió el primer taller de mujer trans, en el cual las mismas compañeras protagonizaron, defendieron y sostienen año tras año, luego de haber sido silenciadas por mucho tiempo, en el ENM tuvieron su espacio y su propia voz, integrando además las comisiones organizadoras.
Distintas formas de expresión se fueron abriendo paso en los ENM. Los medios de comunicación masivos comenzaron a hacer foco en disturbios que organizaban, grupos de personas que realizaban o performans un tanto llamativos, o escraches a edificios públicos y sitios religiosos, con grafitis, pintura o una fogata en la calle, lo cual se convertía año tras año en el centro de la noticia, demonizando a un encuentro de mujeres que van a las ciudades a ocasionar daños y marchaban mostrando los pechos. Pechos que no molestan como objeto de deseo masculino, pero si molestaba y mucho como una expresión de lucha de mujeres.
Superando las 30 mil mujeres y llegando a ser 60 mil realmente nos convertimos en un problema y de alguna forma las clases dominantes tenían como tarea terminar con esta organización, no pudieron silenciarnos, no alcanzó infiltrar personas violentas y demonizarnos, entonces debían encontrar la forma de intentar dividirnos. Porque tantas juntas que PENSAMOS DIFERENTE pero sabemos discutir y construir consensos, esto sí que es peligroso para cada uno de los gobiernos de turno. Más aún para gobiernos liberales, pero la realidad es que a todo gobierno, le generamos complicaciones organizándonos.
Seguimos funcionando y al calor de la situación política, cada vez creció más este encuentro muy pretendido por sectores mezquinos, quienes participamos y sostenemos estos encuentros los defendemos y lo seguiremos defendiendo, cada Comisión Organizadora debe seguir siendo autónoma y en los talleres todas opinamos, igual, parecido, distinto o de forma opuesta, con energía, con fuerza y convicción, pero seguimos generando agenda de lucha y colocándonos en la agenda pública.
SEGUIMOS ORGANIZADAS
Superamos muchos obstáculos, se generó mucha más organización que trasciende los ENM, como en este artículo expreso y todo lo que queda por compartir. Nada nos ata a lo tradicional, porque cada Encuentro donde se discute el rumbo económico del país, la forma de combatir las necesidades, la inflación, el acuerdo en el FMI, el derecho sobre nuestros cuerpos, las estrategias de seguir conquistando la igualdad y visibilizar las necesidades más sentidas del pueblo, son encuentros disidentes y contestatarios. Y lo seguirán siendo en la medida que no permitamos que la agenda la ponga el gobierno de turno, ni las clases dominantes o los medios de comunicación hegemónicos.
34 años de comisiones organizadoras heterogéneas, plurales, federales, autónomas que resolvieron punto por punto: alojamiento, actividades culturales, transporte, TALLERES, peña, circuito de la marcha, miles de compañeras en cada lugar organizando la apertura y cierre de escuela, la apertura y cierre de talleres y contemplando cada aspecto, siendo relevada año tras año, esa autonomía y servicio a la organización feminista se hace de forma GRATUITA, esto en un sistema capitalista feroz en el cual vivimos no es aceptado, no es comprendido.
34 años de organización en cada provincia difundiendo e instalando qué son los ENM, cómo nos organizamos para que cada participante protagonice, juntando peso por peso, 3 días en los que somos libres de decir lo que sentimos y vivimos, que quizás nunca lo dijimos y en los ENM si, volver totalmente empoderadas, queriendo sumar a muchas más, ser más hacernos escuchar y organizarnos para resolver los problemas de las mayorías.
¿No es sospechoso que actualmente los medios de comunicación masivos, hablen del ENM, y opinen periodistas reconocidas, sobre cuáles serán los temas a discutir en los encuentros, o haciendo centro en lo que nos puede dividir, centrando esfuerzos en menospreciar la construcción de 34 años? Ahora sí es noticia que se hace el ENM y que surgió un nuevo espacio de organización.
No lo vamos a permitir y seguiremos construyendo unidad, consenso en la diversidad, agenda de lucha. Porque la única tradición que podemos conservar es la de luchar por nuestros derechos y en eso gestar una sociedad más igualitaria donde cada persona, tenga su techo, su comida y viva libre su sexualidad, vida personal y pública. En una nación plurinacional y soberana, Nación que debemos primero construir y siempre defender. EL ENCUENTRO SOMOS TODAS.