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Huellas de elefantes

Por Sabrina Aguirre y Juan Manuel Ramos*

La unidad gestada entre el sector de la salud pública de Neuquén y diversos actores del campo popular inclinó la balanza en un conflicto salarial que demostró que el pueblo neuquino no se olvidó quiénes constituyeron la primera línea durante la pandemia. Un ejemplo claro de cómo en determinadas coyunturas el sentimiento de indignación y el sacrificio de un grupo se socializan para volverse transversales a toda la sociedad, haciendo que de una disputa específica sin importancia para los sectores dominantes se genere una rebelión en toda una provincia. El recorrido de una lucha que a partir del enorme apoyo popular puso en jaque al corazón de Vaca Muerta.

La desestimación del reclamo

El gobierno provincial de Neuquén ejecutó durante todo el año 2020 un ajuste que implicó no aumentar el sueldo de ningún sector estatal, ni siquiera el de los considerados esenciales. En febrero de 2021 se firmó un acuerdo con ATE, previo al de la docencia neuquina, en el que se arregló un 12% de aumento. El gobierno buscaba de esta forma colocar un techo a las demás paritarias, especialmente teniendo en cuenta la gran masa salarial que representa el sector educativo. En el pacto se incluyó una cláusula que señalaba que, si otro gremio conseguía un porcentaje superior, este se traducía en un aumento adicional para ATE.

Un sector de trabajadores y trabajadoras de salud inició un proceso de reclamo por fuera del sindicato, debido a la obvia insuficiencia del 12%. El gobierno decidió desconocer la reivindicación, en una clara subestimación de los alcances que luego demostraría tener. El 18 de marzo el secretario general de ATE Neuquén, Carlos Quintriqueo, hizo declaraciones ante la prensa acerca de aquel sector, que se denominaba Autoconvocados. Poco sabían en ese entonces tanto el gobierno provincial como el propio dirigente que la estrategia de no darle entidad a estos reclamos iba a fracasar estrepitosamente.

“Nosotros seguimos trabajando en el marco de la organización, de hecho, los autoconvocados correrán por su cuenta. Es como bailar con un elefante, no sabes si agarrarlo de la cola o de la trompa porque no tiene forma”. Estas palabras pusieron en marcha el ingenio de quienes se encontraban reclamando. La figura del elefante se volvió central en la representación del conflicto y fue tomada por Autoconvocados como símbolo de la lucha.

Las jornadas de protesta se transformaron después de un mes en cortes de las rutas que llevan a destinos turísticos de cordillera, durante el fin de semana de semana santa. A pesar de los intentos del gobierno provincial de generar opiniones negativas contra los cortes, la lucha de los elefantes iba a cosechar un apoyo del pueblo neuquino y del resto de los y las trabajadoras sin precedentes en la historia regional reciente.

Solidaridad y provincialización del conflicto

El pueblo, a diferencia del gobierno, no se olvidó de que el sector de salud había sostenido durante todo el 2020 un trabajo caracterizado por la multiplicación de los recargos, sin vacaciones, con falta de insumos y que tuvo que seguir incluso cuando fallecían colegas a causa de la pandemia por coronavirus. Neuquén no se olvidó de quiénes eran los héroes. Durante el mes de abril las jornadas de protesta y los cortes se multiplicaron. La lucha se provincializó y llegó a la fibra sensible de la provincia: Vaca Muerta.

Trabajadores y trabajadoras de otras actividades se sumaron a sostener los múltiples cortes de ruta en Añelo, San Patricio del Chañar y Rincón de los Sauces. Solamente en Añelo se llegó a sostener ocho cortes simultáneos, bloqueando todos los caminos posibles de entrada y salida de camiones y camionetas con personal de las empresas petroleras desde los yacimientos. Acá el apoyo de las comunidades mapuce[1] y de la Confederación Mapuce de Neuquén fue central, al conocer el territorio y permanecer en los piquetes. En toda la provincia los cortes llegaban a veinte. La producción disminuyó en 9 mil de los 160 mil barriles que se obtienen por día en la provincia.

La Confederación Mapuce de Neuquén aseguró en un comunicado en redes sociales que el apoyo a la lucha de salud en Añelo revestía una doble importancia. Mientras el reclamo coyuntural se caracterizó por ser sumamente justo, en un sentido más amplio se señaló que es el sistema público el que lleva mayormente el peso de atender las complicaciones de salud generadas por la contaminación de la industria hidrocarburífera.

Incluso los camioneros terminaron por unirse en la práctica, al observar que permanecer en los cortes, donde podían compartir alimentos y estar en localidades con diferentes servicios era más conveniente que quedar varados en el campo. Personas que no habían participado previamente de luchas de este carácter se unieron a los reclamos y se hicieron presentes en los cortes en diferentes momentos.

Tras días de sostener los piquetes, se empezó a producir un desabastecimiento de combustible principalmente visible en la zona del valle de Río Negro y Neuquén, afectando ciudades como la capital neuquina y aledañas. Esto se reflejó en larguísimas filas en las estaciones de servicio, que implicaban la necesidad de permanecer en ellas en torno a las 2 o 3 horas para lograr llenar el tanque. A pesar de esto el apoyo al reclamo no desistió, lo cual fue particularmente notable en redes sociales. Cuando usualmente ante bloqueos de caminos estas exhiben el rechazo a partir del argumento sobre el “derecho a circular”, en este caso se multiplicaban los comentarios que apuntaron a la responsabilidad del gobierno por la situación.

Comunidades mapuce, comerciantes y otros sectores pusieron a disposición de los piquetes agua, elementos para guarecerse, además del cuerpo y posibilidades de alojamiento en sus propios hogares para quienes llegaban al corazón de Vaca Muerta desde otros puntos de la provincia. El pueblo de Añelo no es ningún novato en materia de lucha. El hospital se consiguió con piquetes, la provisión de agua durante la pandemia también y aún cierta infraestructura necesaria para convivir con el tráfico que conlleva la producción petrolera. A esto se suma la tradición de lucha desde los ’90 de las comunidades mapuce contra la contaminación y el saqueo de las petroleras. En Rincón de los Sauces tampoco se carece de experiencia: a fines de esa misma década los pobladores llegaron a cortar los accesos al aeropuerto para conseguir una planta potabilizadora de agua.

Una lupa sobre las contradicciones de la “Dubái argentina”

La lucha de salud visibilizó la punzante contradicción entre la enorme cantidad de ganancias obtenidas de los hidrocarburos y las migajas destinadas a los pueblos que circundan los yacimientos. El gobierno subestimó la capacidad de los elefantes autoconvocados de representar a la salud como un bien común para todo el pueblo, especialmente en contexto de pandemia. De allí la amplia unidad gestada en torno al reclamo y la predisposición a acompañar y sostener de distintas maneras los piquetes en toda la provincia.

El conflicto también puso de manifiesto las contradicciones internas dentro del partido político históricamente hegemónico en la provincia, el Movimiento Popular Neuquino. En Rincón de los Sauces, donde esta fuerza tiene 5 de los 7 integrantes del Concejo Deliberante (los dos restantes son del PJ y del PTP), este órgano de gobierno votó por unanimidad apoyar el reclamo. El perjuicio para la figura del gobernador de Neuquén, en el marco de estas pujas internas, aún puede apenas palparse en la falta de aparición pública del funcionario en los últimos veinte días.

El fin del primer acto

Tras casi un mes de sostener los piquetes, el gobierno y la dirección de ATE iniciaron un montaje mediante el cual un aparente nuevo diálogo por canales gremiales-oficiales buscaba poner a los viejos actores como protagonistas de la obra de teatro, en un intento de que los costos políticos no fuesen tan altos. Finalmente se puso sobre la mesa un nuevo acuerdo que incluyó un aumento del 53% al básico en cuotas hasta diciembre, junto con otros montos bajo diferentes conceptos como bonos y ropa de trabajo, y que abarcó no solo a salud sino a todo el conjunto de estatales. Para tomar real dimensión del triunfo popular, este tiene leerse también desde el contexto en el que se produjo.

Ya mencionamos al principio de este escrito el intento del gobierno provincial de colocar un techo a las paritarias en un 12% a pesar de no haber otorgado aumentos en todo el 2020. En medio del conflicto con salud, el vicegobernador firmó con los legislativos un aumento del 30%, el cual al afectar también los ingresos de los diputados significó una suba de 70 mil pesos para los legisladores, en una actitud que solo puede entenderse como una provocación o aún como una subestimación del alcance de la disputa. En todo este contexto, el resultado de la lucha de más de 50 días fue el de abrirle la mano a un gobierno que ya había decidido cerrar las paritarias y que desde el principio había desestimado el reclamo de Autoconvocados.

La fuerte simbiosis entre un pueblo que entendió la necesidad de apuntalar la lucha del sistema de salud público y los elefantes hizo de esta una pueblada destacable dentro de la historia reciente. Tras la oferta del 53% algunos de los actores que habían acompañado los piquetes conversaron con el sector salud sobre la posibilidad de levantar los cortes por el desgaste generado hasta entonces. El cierre del primer acto en este conflicto significó la pervivencia del vínculo con la sociedad que había apoyado las acciones de fuerza, dejando la puerta abierta para que este vínculo se reproduzca en el futuro.

Las huellas profundas de los elefantes son la enorme comprobación práctica de que el consenso popular combinado con la determinación de luchar de ese pueblo, vuelve posible hacer tambalear hasta al enemigo más poderoso. Un boceto que más temprano que tarde se convertirá en un retrato completo de los alcances de la rebeldía popular.

*Sabrina Aguirre: Licenciada en Historia. Becaria Doctoral del CONICET. Docente de la Universidad Nacional del Comahue. Miembro del Instituto Patagónico de Estudios en Humanidades y Ciencias Sociales.

*Juan Manuel Ramos es Ingeniero. Docente de la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue – Neuquén.

Fotos: Negro Ramírez.


[1] Escritura acorde al grafemario Ragileo del mapuzungun, utilizado por la Confederación Mapuce de Neuquén.

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