Fotos: Sebastian Pancheri. Texto: Germán Mangione
Cuando llegan las imágenes del desastre, los mares de ceniza que deja el fuego en su paso por nuestro delta, por nuestras islas, algunos en la desazón que produce ver la destrucción de nuestros ecosistemas pueden olvidarse que allí también se consume la vida, y el modo de vida de los habitantes autóctonos: los isleños
Una vida oculta muchas veces a la mirada del visitante, a los que vamos “un ratito” de la extensa vida del delta. Pescadores, puesteros de campos ajenos, pequeños productores.
Que aman con profundidad su ambiente, no solo para conservarlo sino porque es su fuente de vida, en el sentido más básico y esencial del término.
Pescadores de toda la vida, testigos fieles de tantas crecidas, ven atónitos la dimensión del fuego devorador que no deja nada vivo a su paso
El fuego que se devora los humedales que calcina la flora y la fauna, amenaza también llevarse la vida, y lo que es peor, la fuente de vida de decenas de familias asentadas hace décadas en la zona.
El río bajo se llevó la pesca abundante y el fuego ahora se lleva la comida de los animales. Con mirada de plegaria, muchos de ellos nacidos y criados en ese “ecosistema”, repiten como un mantra “todo depende de la lluvia”.
Y para el que vive acompasando los ciclos naturales no es ninguna novedad, que la mano del hombre llega a veces solo para hacer daño. Y la mano del estado que se espera virtuosa y protectora, aparece lejana, ausente y tarde.
En muchos casos el fuego que amenazó los ranchos los agarró solos y desprevenidos. Pispeando de noche por la ventana que el viento no jugara una mala pasado y se llevara de un plumazo el esfuerzo de toda una vida.
Pero a la ausencia del estado en la emergencia la emparcho, como pudo, la solidaridad. La de los vecinos y la de los voluntarios que vinieron de a decenas con baldes, picos y palas a tratar de empatarle a la catástrofe y salvar lo que se pueda.
*Germán Mangione: periodista, investigador de temas vinculados a la agroindustria y el comercio exterior. Editor del Observatorio de Actividad de los Capitales chinos en América Latina.
*Sebastián Pancheri. IG:@Bastian _ Baltazar