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Un revuelto histórico para un cambio de paradigma liberal

*Por Damián Troncoso

            Como ocurrió en otros periodos de nuestra historia es un deseo histórico ya recurrente de sectores conservadores, elitistas, oligárquicos y del gran capital financiero imperialista terminar con experiencias políticas que desafiaron, cuestionaron su domino y hegemonía en la estructura y super-estructura social. La proscripción y/o la eliminación del otro se muestra como un recurso también reiterado.

            No son nuevas las pretensiones de refundación. Durante el discurso de asunción, el presidente electo, hizo varias menciones a nuestro pasado histórico interpretando algunos momentos o periodos de nuestra historia y tomando partido. Buscó anclaje histórico para analizar el presente y proyectar para delante indicando sus objetivos, pretensiones y deseos. También para generar consenso, dar argumentos e ideologizar a su base social.

            El pasado 10 de diciembre asumió el primer presidente “libertario” de la historia argentina. Javier Milei (LLA) llego al poder con poco más del 55%[1]. Lo hizo en un contexto de crisis económica, social y política. Como afirmó en su primer discurso “Prefiero decirles una verdad incómoda antes que una mentira confortable“. Pero su verdad es parte de la subjetividad de actores sociales que son parte de las clases dominantes más conservadoras de nuestro país.

            Durante su discurso califico la etapa de 1816 a 1853 como un periodo “bárbaro” y de luchas internas. También reivindicó a la generación de 1837, a Alberdi, al periodo Oligárquico (1880 a 1916) y al General Roca. Calificó el periodo que va desde la primera presidencia de Hipolitico Yrigoyen (1916) al presente como 100 años de fracaso por abandonar las ideas de la libertad y abrazar las ideas del colectivismo. No se le escapo tampoco marcar la caída del Muro de Berlín como el triunfo del occidente y el neoliberalismo sobre el oriente colectivista.

            En su ensalada histórica Milei oculta los bandos y las raíces del conflicto. Obvia que las ideas de la burguesa liberal europea como la libertad, fraternidad, e igualdad fueron empuñadas por la izquierda de mayo en oposición al sector moderado de la oligarquía porteña que busco una independencia sin transformar la estructura y superestructura. Deja de lado que el enfrentamiento entre Federales y Unitarios, fue un conflicto entre las oligarquías del interior y la porteña por la hegemonía en la construcción del Estado Nacional. 

            Por otro lado, la generación del 37 no estuvo presente ni en las guerras de independencia ni en los debates por la declaración de la independencia. fue un grupo de intelectuales opositores, del cual formaba parte Alberdi, entre otros, al proyecto de la oligarquía porteña rosista.

            El objetivo narrativo de Milei es unir forzosamente el hecho significativo y fundacional de la declaración de la independencia y la libertad, a los pensamientos de la generación de del 37 que lucho contra “el tirano” de Rosas, con la sanción de la constitución de 1853, que tuvo como fundamento las Bases de Alberdi, marcando así el triunfo de las ideas de las burguesías liberales europeas y norteamérica, sobre la “barbarie anterior” convocando así Sarmiento.

            Los objetivos de Milei y de los sectores sociales – empresariales y financieros que representa se proponen construir una “nueva era”. Para esto tiene que anclar sus objetivos a determinada hechos, procesos históricos y construir una narración y una memoria colectiva.

            En este sentido enlaza lo anterior y embellece a la generación de 1880, señalando a Julio A. Roca, enaltece el modelo agro exportador y la Argentina como granero del mundo. Así toma fuerza la idea de “paz y administración” de aquel Estado oligárquico, pro-británico (hoy, en palabras de Milei, proyanqui y occidentalista). Buscó en aquella república el librecambio y la idea de un Estado que debía endeudarse para modernizar la infraestructura y favorecer el capital extranjero. Al mismo tiempo, obvió mencionar que aquel proyecto fue profundamente desigual y con gran concentración de riqueza[2]. Que los derechos políticos y sociales estaban garantizados para la elite y que la mayoría de la población estaba excluida, explotada y expoliada. Oculta que aquellos sectores afrancesados mantuvieron la conducción del Estado y toda la estructura del gobierno utilizando el fraude electoral, restringiendo la democracia y los derechos políticos y garantizando la sucesión presidencial con el PAN. También evitó decir que esa oligarquía unifico el territorio utilizando el poder del Estado para ejecutar un genocidio sobre los pueblos originarios y apropiarse y entregar a manos privadas millones de hectáreas. Tal vez ahí se entiende partes de sus medidas económicas de reprimarizar la economía al realizar un industricidio con la devaluación, las retenciones a la industria del 15% y el dólar importador (dólar oficial + 17% impuesto país).

            En su forzada y selecta línea temporal tomó la irrupción del radicalismo en 1916 como el momento en que se abandonó el liberalismo y las ideas de libertad. Así, tal vez, se deduce su odio a esa representación política que, por aquel tiempo, aprovechó la ley Sáenz Peña que amplió la participación política, y logro romper la hegemonía de la elite oligárquica sobre el gobierno por 14 años. Aunque este sector conservador mantuvo el control de la economía, el Yrigoyenismo intento algunas reformas de carácter nacional y popular. Esas son unas de las razones del golpe de Estado conservador de 1930.

            Resaltó el plan de estabilización económico que llevo adelante Álvaro Alsogaray en 1959 durante el gobierno de la UCRI que tuvo como finalidad avanzar en lo que comenzó el golpe oligárquico conservador de 1955 que fue desarmar el modelo de acumulación peronista. Las recetas son las mismas que las de hoy: devaluación, congelamiento salarial, eliminación de controles sobre la economía, privatizaciones, y endeudamiento externo. Medidas que fueron acompañadas por el plan CONINTES, hoy el protocolo de Patricia Bullrich.

            Por último, ató aquel hilo histórico que comenzó en 1816 con la idea de libertad en el congreso de Tucumán con el hecho histórico de la caída del muro de Berlín en 1989, y la implosión de la URSS y el mundo “socialista” postulando el triunfo de EEUU, la OTAN y el occidente neoliberal sobre el comunismo colectivista estatista estalinista.

            No es raro siguiendo este hilo conductor que Milei mencione a Menem como el mejor presidente de la historia y Cavallo como el mejor ministro de economía. Tampoco sorprende cuando menciona el plan de Álvaro Alsogaray de 1959 siendo que también asesor económico de Menem,

A modo de conclusión, podemos llegar a firmar que Milei y la LLA en su intención de refundar la Argentina lo hace teniendo como referencias históricas las ideas de la Generación del 80´ y el modelo oligárquico tanto en su estructura como en superestructura, pero adaptado al siglo XXI. Eso tal vez nos puede llevar a entender como dentro de su gobierno confluyeron Menemistas, Macristas y procesistas. Al mismo tiempo, postula ideas ultra conservadoras en el plano cultural, social e ideológico. Asistimos nítidamente ante un nuevo intento de restauración de lo más conservador de las clases sociales y dominantes de la Argentina.


[1] “el actual presidente electo obtuvo en los comicios 14.554.560 votos, el 55,65% del total, mientras que Massa tuvo el respaldo de 11.598.720 de electores, el 44,35%”  https://www.ambito.com/politica/elecciones-2023-como-quedaron-los-resultados-del-balotaje-el-escrutinio-definitivo-n5886462

[2]      “Avellaneda efectuó la Campaña del Desierto, a partir de la cual 538 estancieros, patricias y militares de la misma, obtuvieron 18.668.000 hectáreas, siendo los principales bene#ciados varios miembros de la Sociedad Rural, entre ellos las familias Anchorena, Álzaga, Alvear, Azcuénaga, Bosch, Castro, Díaz Vélez, Dorrego, Eguía, Echeverría, Escalada, Ezcurra, Gallardo, Garrahan, Irigoyen, Lacarra, Larreta, Lynch, Miguens, Obarrio, Ocampo, Ortiz Basualdo, Otamendi y Sáenz Valiente”… (…) “El Estado vendió, a muy bajo precio, más de 41.000.000 hectáreas en una zona de enorme productividad agropecuaria, cuya propiedad se concentró en manos de un pequeño grupo de no más de 541 terratenientes,”.  Informe-Tierras_febrero (ate.org.ar) 

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