El Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, acaba de publicar en su cuenta de X: “estamos listos para hacer lo necesario para apoyar a Argentina y al pueblo argentino”. Luego blanquea la realidad: “el presidente Trump ha otorgado al presidente Milei un respaldo excepcional”. El hombre no miente, de nuevo Dady Trumpy resurgió para salvar al mismo que se la fugó, Luis Caputo nuevamente. Si Milei se parece al De la Rua de noviembre de 2001, Caputo se parece al Caputo de 2018. ¡Querida Argentina! lástima que la dieta de pescado por habitante es tan baja, el omega-3 nos ayudaría con un poco de fósforo para mejorar la memoria. Si el pueblo llega al gobierno, un buen plan sería aumentar la dieta de pescado para las generaciones futuras, “Memoria, Verdad y Justica” es un lema que tendremos que aplicar también para la deuda. Primero, el genocidio militar de los 30.000, luego el genocidio social de la democracia de la deuda y la fuga financiera.
Según palabras de Bessent sería “una línea de swap de USD 20 mil millones con el Banco Central”, también la compra de “deuda pública secundaria o primaria”. Parece que va a superar al “aporte de campaña” de Estados Unidos a Macri del 2019.
Entre nosotros y nosotras, espero no lo llamemos “préstamo”, es importante cuidar el uso de las palabras, llamémoslo por su nombre, estafa. Las estafas no se pagan.
En la espiral de usufructo del esfuerzo nacional y del trabajo argentino, la forma más elegante que han encontrado en esta versión de capitalismo financiero, es el saqueo planificado vía endeudamiento ilegitimo y la fuga indiscriminada de divisas, que luego, paga el pueblo, y en esta versión de la crueldad estratégica del cinismo en boga, la pagan, principalmente, jubilados, discapacitados, niños y niñas enfermas. La paga, también, el pluriempleo y el desempleo, trabajar más por menos (super-explotación y empleos precarios de la modernidad digital), desempleo por el cierre de industrias (amenaza preferida para bajar los salarios), achicar el Estado para agrandar sus bolsillos. Es la profundización de un modelo de acumulación basado en la superexplotación, el extractivismo y la fuga de capitales, combinada con la perdida absoluta de lo que nos quedaba de soberanía, cada vez menos patria y más colonia.
Apenas Bessent declaró que la Argentina es un “aliado de importancia sistémica” y que Washington está dispuesto a hacer “lo que sea necesario”. Rápidamente en los noticieros aparecieron periodistas que muestran como los “mercados” se calmaron o festejaron. Los “mercados”, la tipología perfecta para aplicar un ejemplo en una clase educativa sobre la teoría del fetichismo de Marx. Es decir, un objeto es considerado un fetiche cuando se le asignan cualidades humanas o sobrehumanas, de tal manera que pareciera que toman vida propia, esto nos lleva automáticamente a preguntarnos ¿quiénes son los mercados? ¿Tienen nombres y degustan luego de sus triunfos? ¿Están contentos? El dinero y el capital ni se enamoran, ni están tranquilos, ni se enojan, esas son características humanas, así que sería sano buscar a los humanos que están contentos por ser beneficiarios directos de la estafa. Así luego, que la paguen ellos, los ganadores del modelo. Estafa libra, el 3%, y se suma, ahora, una deuda fraudulenta para ganar una elección y remodelar el capitalismo argentino a imagen y semejanza de las peticiones del “socio sistémico” del norte.
Pero la noticia, además, quitó la máscara a algo más profundo: el salvataje a Milei no será conducido por el FMI sino por el Tesoro norteamericano a expensas de Trump en aras de doblegar la influencia china en la región, el alineamiento en Naciones Unidas (no olvidemos el apoyo al genocidio en Gaza en medio del rechazo internacional) quedarse con porciones de nuestras riquezas (como los minerales raros), territorios y empresas estratégicas, y frenar cualquier intento de autonomía de los gobiernos populares en la región con Argentina como ariete de la avanzada yanqui en América Latina, en su repliegue y decadencia global.
El poder financiero, judicial, represivo y mediático que da sostén al gobierno empezó a hacer aguas. La derrota electoral del 7 de septiembre fue una derrota no son solo de la Libertad Avanza sino también el establishment, los yanquis, el FMI y el macrismo. Parece que se preocuparon de lo que podrá pasar el 26 de octubre.
Luego del “ajuste más grande de la historia”, de los “prestamos” del FMI, Banco Mundial y tantos organismos del altruismo internacional, resulta que seguimos sin plata. Tanto comer arroz para nada. Tanto jubilado sin remedio para nada. Menos Garrahan para nada. Y podemos seguir y seguir enumerando “esfuerzos”. ¿Qué paso? Parece que se fue, ¿dónde están esos dólares? ¿Alguien los vio? Seguro en rutas, escuelas, universidades, fabricas, plantas nucleares…Parece que tampoco. Miseria planificada. Brutalismo estratégico. Cinismo sinvergüenza. Dependencia acumulada. Perfeccionamiento del modo de acumulación capitalista. ¿Y el pueblo? ¿Cuánto aguantar? La cultura del aguante invertida. Pero hay esperanzas, en octubre hay una cita, en la calle otra. Los triunfos en el Congreso de rechazo a los vetos fueron posibles gracias a la movilización popular, las movilizaciones en defensa de la Universidad, de los miércoles con los y las jubiladas, de la lucha del Garrahan y de las familias afectadas por el ajuste en discapacidad, es decir, la lucha en el Congreso requiere sí o sí de un movimiento popular que rechace esta estafa y violación de nuestra soberanía.
Milei expresa una crisis que se profundiza, los signos de rechazo que se evidencian en la no participación, tal vez, deberán transformarse en un rechazo activo. La salida a esto obligará a una radicalización de las acciones y las conciencias o no será.
