Entrevistamos a Rodolfo Kempf, que es Físico de la UBA, docente, investigador, miembro de la CTA (A), especialista en Combustibles Nucleares, y Coordinador de Transición Energética en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Industria (CNTI). En charla con lanzallamas abordamos, desde la energía nuclear, temas sobre soberanía energética, historia, geopolítica, embajadas que presionan, el rol de la clase obrera en el desarrollo nacional y los debates abiertos en torno al ambientalismo desde los países dependientes. Una charla minada de isotopos radiactivos que puede abrir una reacción en cadena. Aquí vamos…
Actualmente, en nuestro país contamos con tres centrales, Embalse, Atucha 1 y Atucha 2. Y en el horizonte próximo aparece el plan de Atucha 3, que es parte de un contrato con China ¿Cómo es la participación nacional en el armado de esta planta? ¿Qué tipo de convenio estamos firmando con China?
Argentina tiene 72 de años de historia y desarrollo nuclear, la central nuclear Atucha I, llamada Juan domingo Perón, es la que más avanza conceptualmente y en los hechos desde una transferencia de ese diseño de una central alemana. Luego la central nuclear embalse, en la provincia de Córdoba de tecnología canadiense y la central nuclear Atucha II, ahora llamada Néstor Kirchner. Ahora avanzaríamos con la central Atucha III, también en el predio o isla nuclear de Zarate, en la provincia de Buenos Aires, con la central nuclear Hualong de tecnología china, es una adaptación sobre la base de los PWR, los reactores que tienen uranio enriquecido como combustible y agua liviana como moderador, y como principal componente estructural un recipiente de presión. A diferencia de la Central Nuclear Embalse que tiene como principal elemento estructural tubo de presión y tubo de calandria.
Si bien, este emplazamiento de la Central Nuclear Atucha III con tecnología China, denominada Hualong, fue una pelea que han dado por más de 15 años los trabajadores y trabajadoras del área nuclear, del sistema de ciencia y tecnología y del área energética, alcanzando que se cumplan dos condiciones al mismo tiempo: por un lado, la transferencia de tecnología del combustible para su fabricación en Argentina y todas las áreas asociadas, es decir, los estructurales, el combustible, la producción de polvo de dióxido de uranio por vías que minimicen los residuos del ciclo de combustible, que son radiactivos, y que son mínimos con respecto a otras fuentes de energía. Esa transferencia de tecnología nos permitiría conservar una singularidad que mantiene Argentina, no solo los 72 años de tecnología nuclear que nos ponen con muchos más años de desarrollo nuclear que otras potencias, estando constantemente a la vanguardia, sino que mantenemos nuestra tradición de fabricación del combustible. Que es un combustible sólido, es cerámico, son pastillas de un centímetro de diámetro por un centímetro de alto, recubiertas con vainas que conforman un elemento de combustible con una aleación particular ligada siempre al circonio. Esa tecnología, argentina la conoce, y en este caso se haría una transferencia en los detalles para la factibilidad de que argentina pueda fabricar estos combustibles. Esta transferencia se va a dar hacia la CNEA para luego ser fabricado en una empresa que se llama CONUAR (Combustibles Nucleares Argentinos), emplazada en el partido de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires. Y la segunda condición, es la de mantener, por parte de Argentina, el lanzamiento de un proyecto nacional para producir una central CANDU[1] en la cual el moderador es agua pesada, aprovechando e impulsando la puesta en marcha de la planta industrial de agua pesada en la provincia de Neuquén, en Arroyito.
¿Se podría hacer íntegramente nacional o ven conveniente la firma de este acuerdo con China?
Con estas dos condiciones, en ambas el orden de magnitud en dinero de costo de una central nuclear es de 5.000 millones de dólares, el financiamiento que hace la corporación nuclear china, hacia la central Hualong, es lo que facilita la posibilidad de en pocos años tener esta central nuclear y teniendo por parte de los chinos un comprador calificado, de los más calificados en el mundo, Argentina en el área nuclear juega en primera, podemos decirlo, es parte del G20 porque maneja su ciclo de combustible nuclear, maneja desde las áreas de minería hasta el enriquecimiento de Uranio y todas las áreas de los estructurales de los combustibles nucleares, sumados a otros factores, que lo hacen un área estratégica. Por lo tanto, la principal limitante en una economía dependiente y devastada por las políticas macristas de endeudamiento a más de 100 años es el financiamiento que proveen los chinos. Y por su parte, la corporación nuclear china garantiza una compra por parte de un comprador calificado. Esta central ya está puesta a crítico, es decir, está instalada y en funcionamiento en Pakistán y está licenciada por la autoridad regulatoria nuclear de Gran Bretaña. Gran Bretaña al calor de las políticas neoliberales y de la propia Thatcher dejó fuera de juego, no solo al área nuclear, sino también su área de carbón y ferrocarriles, y está en un periodo, en la salida del Brexit, sin tener opinión sobre esto, pero si objetivamente se vienen dando pasos de retomar este tipo de políticas y en lo nuclear Gran Bretaña también acaba de licenciar la Central Nuclear Hualong, con lo cual, nosotros empezamos esta disputa aun cuando los chinos no la tenían licenciada en ningún lugar del mundo, y no estaba puesta a crítico, es decir entregando energía eléctrica a la red y en estos momentos ya está funcionando en China, Pakistán y licenciada en gran Bretaña. Así que, el principal punto que aportan los chinos en este aspecto, por el cual no lo podemos hacer integralmente nacional, es porque no hubo una planificación energética, desde el punto de vista argentino. Por lo tanto, no hay fideicomiso o un fondo de producción de centrales nucleares, por una tecnología que ha sido demonizada, que tiene mala prensa. Si Argentina hubiese tenido una política de planificación estratégica, cosa que se va poniendo en el vértice en un país dependiente como el nuestro, tal vez podríamos haber tenido las condiciones de avanzar con el plan que tenían en la década del setenta nuestros compañeros que es seguir con centrales nucleares como la de Embalse Rio Tercero en Córdoba. Es en estas condiciones de transferencia de tecnología y de mantener la puesta en marcha de la Planta Industrial de Agua Pesada para otra central Candu, que es altamente beneficioso tener rápidamente megawatts eléctricos (MWe), desde el punto de vista nuclear, lo cual nos mueve toda el área industrial y aporta energía en forma abundante y minimizando la intervención al ambiente.
Semanas atrás Pagina12 publicó una nota, en base a una denuncia que realizaron desde CNEA donde se denunciaban acciones de la “diplomacia” estadounidense para frenar la compra del reactor chino, ¿por qué Estados Unidos está tan interesado en frenar este proyecto? ¿qué posiciones existen dentro del gobierno ante estas presiones?
En la nota que citas del diario Pagina12, previamente hay una nota que informa Horacio Verbitsky en la cual la presidenta de la CNEA, Adriana Serquis, fue citada en la Casa Rosada a instancias de Gustavo Beliz, para presionarla en que cese en la compra de la Central Hualong con su transferencia de tecnología. Fue una apretada de las cuales ya nos tiene acostumbrados Estados Unidos, y la cual los trabajadores y trabajadoras de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Industria y la Federación de Trabajadores de la Energía en la CTA y de los sindicatos de ATE, donde residen los delegados y delegadas del área nuclear, dijimos no a la injerencia del Departamento de Estado yanqui sobre nuestro plan nuclear soberano. Es decir, el 10 de abril la Secretaria de Asuntos Estratégicos gestionó una reunión en Casa Rosada a instancias del ex funcionario nacional Gustavo Beliz con la presencia de Ann Ganzer, que es del Departamento de Estado de Estados Unidos, en particular, es del área de actividades de no proliferación nuclear. Ellos fundamentalmente insistieron en que no se avance con la transferencia de combustible nuclear, en el contrato firmado en febrero entre Nucleoeléctrica Argentina S.A. y la Corporación Nuclear China por la adquisición de la Central nuclear Hualong, inhibiendo la generación de puestos de trabajo de calidad en la producción de energía eléctrica sin emisiones de gas de efecto invernadero y de tecnología de avanzada. El segundo punto fue que no se insista en la Planta de Producción de Agua Pesada con tecnología Candu, y de esta forma también inhibe la generación de puestos de trabajo de calidad, a una planta química única en el hemisferio sur, que es la que reside en Arroyito provincia de Neuquén. Y al mismo tiempo, que cese el desarrollo de la primera central nuclear de diseño nacional, Carem. Central Argentina de Elementos Modulares, así llamada, inhibiendo la incorporación de tecnología nuclear argentina, donde se entrelazan la CNEA, INVAP, es este tipo de centrales y reactores pequeños donde argentina lidera mundialmente en diseño y propuesta. Lo alevoso de esta apretada o de estas “sugerencias” de políticas de cepo imperialista, que apunta a la recontraprimarización de nuestra economía se hace bajo el manto de la “seguridad nuclear”. Es notable que todos estos condicionamientos los haga el único país del mundo que utilizo la ciencia nuclear para lanzar las bombas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 o con la excusa de la proliferación cuando fue Estados Unidos el que lidero los ensayos con armas nucleares atmosféricas, por ejemplo, las que probaron en los atolones de las Islas Marshall y Bikini, las del comic de Bob Esponja, por eso la singularidad de esos habitantes radiactivos del fondo del mar. Esta iniciativa de degradación de nuestra soberanía, se precipita posterior al acuerdo firmado con el FMI y en el marco del avance de transferencia de tecnología HR1000 Hualong, de forma tal que con este acuerdo los combustibles nucleares se podrían desarrollar en argentina, para reactivar la obra del Carem en el predio de Lima y con la puesta en marcha de la propia Central Nuclear con tecnología Candu llamada Proyecto Nacional. Retroceder en algunos de estos aspectos replicaría las políticas del macrismo que nuestro pueblo repudio en las urnas en 2019, que hemos enfrentado el conjunto de los trabajadores y trabajadoras. Por lo tanto, la debilidad de EEUU en este sentido es que no tiene nada para ofrecer en lo nuclear, ha dedicado su transición energética al gas, proveniente del fracking, en la cual ha desarrollado una tecnología que es fundamentalmente logística, e hizo una apuesta en ese sentido, por lo tanto, en lo nuclear no tiene nada para ofrecer. Aparece en la transición energética, con una planificación de construcción de 150 centrales nucleares de China, la posibilidad de que se transforme en una especie de nuevo vanguardia de transición a partir de lo nuclear. Y frente a esta situación en el hemisferio sur, en su patio trasero, Argentina llegando con un acuerdo beneficioso en financiamiento y transferencia de tecnología es que interviene Estados Unidos de esta manera, nos quieren mansitos e exportando materia prima, como lo demuestra la resolución 949 que perpetua, en la mal llamada hidrovia en nuestros ríos y mares, otros 30 años el control sobre nuestros ríos y puertos, y solo para recordar que lo nuclear en la Argentina fue la mayor exportación de nuestra historia, fue el reactor nuclear OPAL a Australia, es decir, el mayor valor agregado, de no primarización, justamente reside en el área nuclear, similar al que se RA10 que se está construyendo en Ezeiza. Y este es un aspecto que Estados Unidos quiere romper.
Históricamente Argentina cuenta con uno de los programas de energía nuclear más avanzado en América Latina, junto a Brasil y México. Mencionabas anteriormente el proyecto que fue frenado durante el gobierno de Macri, el Proyecto del reactor Carem ¿en qué consiste este proyecto y cómo es la situación en la actualidad?
México es una central Westinghouse, instalada por el monopolio yanqui en la cual no hubo ningún tipo de transferencia de tecnología de la que hablábamos recién, es decir, son buenos operadores y tienen un sindicato fuerte en el área nuclear, el SUTIN. De paso vaya un homenaje al sindicato de electricistas de México el SMET con posiciones muy combativas. Viendo el hemisferio sur los únicos tres países donde hay centrales nucleares son Argentina, Brasil y Sudáfrica. Pero la particularidad de Argentina son las peleas en relación con la transferencia de tecnología, la producción, de rechazar compras con llave en mano y desplegar el camino propio con las ideas que ha desarrollado Jorge Sabato, esto solamente se ha dado en Argentina. Brasil tiene una historia distinta.
La Central Nuclear Carem, que mencionábamos antes, es un reactor de diseño nacional, es de lo que llaman pequeños reactores, es de 25 megawatts, que está fabricándose este primer prototipo en Lima, en la misma isla nuclear donde están Atucha I y Atucha II, el grado de avance de la obra es del orden del 60% y es un salto cualitativo para el sector nuclear argentino porque sería la primera central nuclear de diseño nacional. Pensado y desarrollado entre la CNEA, INVAP, y también como parte del financiamiento de Nucleoeléctrica SA, también tiene la posibilidad de integrar a Pescarmona u otra metalmecánica en gran parte de la obra. La obra viene avanzando muy rápido desde que asume Adriana Serquis como presidenta. La propuesta de la embajada estadounidense es frenarlo o meterse dentro del Carem para cooptarlo. El Carem es un pequeño reactor modular inherentemente seguro con el cual Argentina lidera el mercado de los pequeños reactores modulares, los SMR, en el mundo, así está reconocido por el Organismo Internacional de Energía Atómica, y de alguna manera, competimos con el diseño Nuscale y con el diseño Natrium que lleva adelante Bill Gates con la empresa Terra Power, ambos de tecnología estadounidense. Así que es una prenda codiciada, la de frenarlo o “robarlo”.
Ante los debates sobre el cambio climático y la transición energética, la energía nuclear cuenta con mala reputación luego de Chernobyl y Fukushima ¿consideran a la energía nuclear como parte de la transición hacia una matriz limpia y sustentable?
El rol que puede jugar la energía nuclear en la transición energética es preponderante y relevante. En la última cumbre ambiental en Glasgow, la COP26, la energía nuclear fue declarada como inversión sustentable. Lo que viene cambiando es la fuerza de looby desde el ecocapitalismo, en estas cumbres ambientales, y esto ha llevado a un impulso en la industria nuclear en Europa, fundamentalmente las empresas de central nuclear más grandes y más nuevas que estaba frenada desde el punto de vista regulatorio, es decir, bajo excusa de temas de seguridad, básicamente era un párate a la industria nuclear. En Finlandia, hace unos meses se le dio el ok al desarrollo y viene avanzando en muchos lugares de Europa, la energía nuclear con Francia con 15 proyectos de centrales nuevas. Las 150 centrales nucleares que mencionábamos de China, sobre una base de 450 centrales que hay en el mundo. Es un proyecto de “transicionar”, teniendo a lo nuclear como protagónico. Pero también se viene vislumbrando en Europa con estos proyectos que mencionaba, el de Francia y el de Finlandia. Francia y Bélgica tienen el 90% de la energía nuclear en su matriz energética y son de los que minimizan los gases de efecto invernadero en Europa. En este momento hay 429 centrales nucleares anunciadas por más de 30 países, liderados por China.
Podemos hacer una historia de las disputas que se han dado en esta transición energética, que es una palabra que, paradigmáticamente, menciona Alemania en la década del setenta desde una izquierda que migraba hacia lo que serían las primeras fuerzas verdes en Europa. Y aparece el programa de transición energética, en el cual, estaba planteado contra la energía nuclear, ahora Alemania frente a la crisis del gas, producto de la guerra entre Ucrania y Rusia, y la imposición yanqui de que no utilicen el gasoducto Nord Stream, que iba a llevar gas a Alemania, manteniendo su matriz energética vía hidrocarburos, no descarbonizaba nada, eso implicó una crisis de la que no se sabe cómo va a salir, frente a la escasez de energía que va predominar.
Desde principios del siglo XX hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, el petróleo fue la fuente de energía que reemplazó al carbón, con un salto en la capacidad de producción energética, por lo tanto, las condiciones de disponibilidad y escala productiva general. Incorporando una enorme masa de trabajadores al mercado de trabajo en un capitalismo que tendía sus fronteras con procesos productivos, que crecían en escala y tamaño, hasta que llegó otro salto. Cuando el 2 de mayo de 1945 cuando humeaba el bunker hitleriano sobre las ruinas del Reichstag y flameaba la bandera roja con la hoz y el martillo, la humanidad celebraba el inicio de una nueva era con la victoria, y la desnazificación que se lleva adelante. Pero Estados Unidos lanza dos ataques nucleares a Japón con el desarrollo de bombas atómicas, y su vocación destructora del planeta, y de esa forma, y junto al Plan Marshall demuestran el dominio y la configuración internacional desde ese momento. Con posteridad a Hiroshima y Nagasaki la energía nuclear fue sinónimo de bomba atómica y así resulta que la saga de investigadores humanistas como Madame Curie y Enrico Fermi que orientaron sus descubrimientos atómicos para el despliegue de la vida, se convierten, de la mano del imperialismo, en su contrario. Se demonizó esta fuente energética de mayor densidad, que hablamos antes, como si fuera un problema tecnológico y no un problema político de cómo es la utilización de esta tecnología. Entonces, para esto, al mismo tiempo, se lanzan dos instrumentos, el primero es el de supervisión del desarrollo nuclear de los países dependientes, para esto se conforma la Organización Internacional de Energía Atómica, creada en 1957 por Eisenhower, a instancias del Consejo de Seguridad de la ONU. Su misión es cuidar que se cumpla el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, el cual se funda en el desarrollo de energía nuclear con fines pacíficos. Pero, quiénes están exceptuados de esto: el Consejo de Seguridad de la ONU, es decir, Estados Unidos como líder, Rusia, Francia y a partir de 1992 China, que son países que pueden proliferar armas nucleares sin que se los objete.
El segundo argumento que hay en contra de la energía nuclear, para que aparezca con un rol importante en la transición, es el de los accidentes. Los dos de mayor repercusión son Chernobyl en 1986 y Fukuyima en 2011. Podemos mencionar que, en el proceso de descomposición de la URSS, explota un reactor de tipo RBMK durante una prueba a baja potencia, es decir en el momento en el cual el reactor es inestable. Los reactores RBMK se expanden en un periodo en el que Rusia precisa energía abundante y son reactores robustos, pero, que el protocolo para operarlos, aclaraba que no se podía utilizar en baja potencia. Cuestión que al trabajarlo fuera del protocolo se da este incidente, el reactor era de 1000 megawatt, moderado con grafito, como encargado de frenar los neutrones para que llegue la energía justa para generar fisión del núcleo y enfriado con agua liviana. El núcleo del RBMK se torna inestable por estar debajo de los 700 megawatts, y a baja potencia este reactor es difícil de controlar. Esta característica típica de los reactores está ausente en el diseño de los reactores que existen hoy en el mundo. Y en particular en la Argentina los reactores no tienen nada que ver con el tipo de tecnología de los RBMK, ni tampoco los modernos reactores rusos, es decir, ninguno tiene en el mundo ni grafito ni otro material inflamable, en los reactores de potencia, que generen energía. Y al mismo tiempo, en Chernobyl la barra de control se inserta lentamente, tarde 20 segundos y las barras de control son las que frenan la reacción nuclear, mientras que en otros reactores tarda 2 segundos, entonces, en Chernobyl el RBMK era como un camión de doble acoplado sin frenos por un camino de montaña, una dirección que no trabajaba, que aceleraba en unos segundos y tardaba otros 20 segundos en aplicar los frenos. Volviendo a mencionar que este reactor tenía una doble función, generar energía y producir plutonio para el armamento nuclear en la Guerra Fría. Fue con el objetivo de maximizar la producción de plutonio que se da el accidente, se forzó la operación por fuera de los protocolos en el marco de la competencia armamentística propia de la Guerra Fría finalmente terminó con el accidente y la posterior derrota soviética.
En Fukushima, por otro lado, había seis reactores operados por la empresa privada Tepco, operadora japonesa de las centrales nucleares, construidos entre 1970 y 1979 por las empresas General Electric, Hitachiy Toshiba. En ese momento hubo un tsunami en el pacifico, en el año 2011 y este tsunami está por encima de los valores de diseño de los reactores. Y la probabilidad de ocurrencia de semejante evento de tsunami extremo fue subestimado en el diseño, también en la compra de la central. Porque era una central de diseño Westinghouse, estadounidense y ubicaron el “backup” que tenía este reactor, o sea un equipo diésel encargado de bombear agua para el momento que se frena el reactor y evacuar todo el calor residual en el núcleo. Por qué y cómo ocurrió esto: fue durante el terremoto de 9.0 de la escala Richter, las barras de seguridad fueron automáticamente insertas frenando la reacción en cadena, pero las olas de 10 metros del tsunami inundaron los motores diésel encargados de extraer el calor necesario, y así, enfriar los reactores, y en el país donde se inventó la palabra tsunami, los motores diésel imprescindibles para el enfriamiento con la vaporización del agua estaban en el sótano, se inundaron y no pudo entrar a evacuar ese calor residual. Horas después decidieron ventear algo de calor de ese recipiente para reducir la presión, pero el vapor contenía algo de hidrogeno producido por la oxidación de las vainas de combustible nuclear recalentadas y este hidrogeno explotó cuando entró en contacto con el aire. Es decir, Japón, que hasta ese momento era el principal proveedor del mundo de aceros y forjados específicos para los recipientes de presión de las centrales nucleares impuso un modelo de desarrollo para el cual, posterior a 1945, es Estados Unidos el que monta 54 centrales nucleares en Japón. Transformándolo en una especie de gendarme industrial del Pacifico, teniendo en cuenta que en 1949 se había dado la Revolución China. Por lo tanto, instalaron 54 centrales nucleares sobre una falla tectónica, por ello, estas compras con llave en mano, sin tener el mismo concepto que se desarrolló en Argentina con Jorge Sábato, no tenían en consideración los requerimientos específicos.
A caballo de estos accidentes se subieron quienes impugnan el desarrollo de una fuente que no emite dióxido de carbono, pero que requiere planificación y alta calificación de los trabajadores y trabajadoras, y un desarrollo científico-tecnológico autónomo adecuado a los requerimientos y necesidades de cada lugar. Hay que decir de todos modos que los incidentes nucleares llevados adelante por las bombas atómicas lanzadas por EEUU y las decenas de ensayos nucleares que mencionamos previamente superaron los niveles de radiación en 20 veces por los detectados hasta el momento en Japón.
Este año publicaron el libro “Libre de Humo”[2], junto Nuria Giniger, donde se analiza y reflexiona sobre los debates en torno a desarrollo, ambiente y emancipación ¿Cómo se posicionan en torno a las tensiones en relación a estos tres conceptos?
En el último tiempo, los debates respecto del ambiente, el desarrollo y la soberanía tomaron parte de la agenda pública. Si uno recorre los casos donde “la naturaleza” es la protagonista, la única idea que sobrevive es que “las personas estamos destruyendo el planeta”. Frente a esta simplificación nos parece oportuno acercar una caracterización en el análisis crítico de la distintas corrientes y miradas que participan en el debate, o como dice Juan Ramón Quintana[3] en su prólogo “una exégesis oportuna, necesaria y a su vez brillante sobre las sinuosas y cada vez mas laberínticas teorías o posturas políticas que los expertos han decidido adoptar en sus debates sobre medio ambiente y desarrollo, o que en clave más amplia puede traducirse como la dialéctica entre cultura y naturaleza”.
Son ideas que circulan en el nuevo torrente de luchas del continente. En parte en el proceso chileno y su proceso Constituyente, y más explícitamente en una última propuesta que realizó el presidente Petro en Colombia. Existe una sucesión de discusiones políticas y teóricas alrededor de una idea: el decrecimiento.
Por ejemplo, si el capitalismo es crecimiento -verde o del color que sea- y contamina, de lo que se trata es de decrecer. La versión más jodida de este enfoque es la propuesta neomalthusiana porque los recursos son finitos. Para los países centrales, el decrecimiento es el camino. Para los países subdesarrollados… sobra gente. Este no puede ser el camino. Con el texto de “Libre de Humo” abordamos una propuesta para sistematizar estos debates y aportar a la construcción de una perspectiva emancipadora, que tenga en cuenta que en la actualidad la naturaleza es un campo de disputa.
[1] https://www.argentina.gob.ar/CNEA/destacados/trabajos-de-cnea-para-la-central-nuclear-embalse/tubos-de-presion
[2] http://www.ceil-conicet.gov.ar/publicaciones/libros-coeditados/
[3] Juan Ramón Quintana Fue ministro de la presidencia durante tres períodos en el gobierno de Evo Morales, en el estado plurinacional de Bolivia. Es sociólogo politólogo ex militar y dirigente político nuestroamericano
3 respuestas en “Energías, diplomacias y presiones nucleares”
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[…] de la cuarta central nuclear, Atucha III, que es resistido por Washington, como desarrollamos en el anterior artículo y, al mismo tiempo, desplazar del mercado mundial al reactor nuclear de baja potencia, CAREM, […]