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El voto de la agonía

*Por Juan Mathias

Estamos quizá frente a la elección electoral que más incertidumbre genera en los últimos tiempos. Por los cambios, la poca campaña y la volatilidad de las predicciones de las encuestas.

Hace tres meses nadie preveía que el gobierno nacional iba a llegar en tan malas condiciones a las elecciones. Teniendo que bajar un candidato enchastrado por escandalosos vínculos narco, golpeado en las elecciones de la Provincia de Buenos Aires, con la hermana del presidente, pilar fundamental del gobierno, denunciada por pedir porcentaje en las coimas de la agencia nacional de discapacidad y bastas internas a cielo abierto en un gobierno en descomposición. Pero llega mal, fundamentalmente por el fracaso rotundo de su política económica. Luego del “ajuste más grande la historia de la humanidad” como le gusta ufanar al presidente, y del pequeño rebote de la economía a mitad del año pasado, hoy la “malaria”, como decía mi abuela, se siente y fuerte en un gran sector de la población. El mes termina el 20 para la mayoría de las familias argentinas, la morosidad en el pago de deudas de los hogares (tarjeta de crédito, por ejemplo) aumentó un 7%, la caída del consumo en general y de la carne vacuna en particular, está en niveles históricos, y vamos en este último trimestre, a cumplir los requisitos para formalmente declarar a la economía en recesión.

Pero esto no es todo, el factor más determinante de los últimos días fue, sin duda, la abierta intervención de Donald Trump y Scott Bessent en la política y la economía de nuestro país. No se recuerda, ni siquiera con las relaciones carnales de Carlos Menem, un nivel de sumisión y entrega como la de este periodo con Milei. El nivel de intromisión de un país extranjero es tan grande e histórico, que nos remonta casi al Virreinato del Rio de la Plata. Ergo, todos sabemos que una potencia como EEUU, aún la principal superpotencia del mundo, más allá de que viene en franca retirada, jamás haría este tipo de acciones por simpatía ideológica con Milei o cooperación solidaria. Sus intereses están atados a la geopolítica bélica internacional, a los recursos naturales, y a los intereses yanquis en la región.

Es importante destacar esto, porque cuando el domingo vayamos a votar habrá que tener presente para saber hacia dónde vamos esta pérdida de autonomía, de soberanía y el abierto copamiento -casi colonial- de una potencia en declive sobre nuestro país.

Voto Miedo

El gobierno llega, como dijimos, intervenido, con una política económica de extrema fragilidad y con una pérdida profunda de apoyo popular. Ya no tiene más la mitad del sostén social y su popularidad se derrumba. Entonces, ¿Milei puede gobernar con un tercio de apoyo? ¿Un gobierno en menos de dos años de gestión, puede sostenerse en esas condiciones? ¿Los aliados bancarán al rey desnudo o empezarán, mutis por el foro, a salir de escena como lo hicieron el ministro de justicia Cuneo Libarona y el canciller Gerardo Werthein estos dias?

Ante esto, el último manotazo del gobierno es generar miedo con el posible derrumbe del país si saca menos del 30%. Ese voto miedo se expresa con frases como “si le va muy mal al gobierno, el lunes el país estalla” o “Hay que bancar ahora porque si le va mal a Milei es peor. Sumado al pavor de un sector con el fantasma del regreso peronista, tratan de torcer el rumbo de este domingo. Lo que tiene que estar claro es que, más allá del resultado electoral, el plan económico de Milei ya murió. Y el resultado del domingo solo definirá, salvo que saque más del 40%, cuánto abre su gobierno, qué plan le dictan desde EEUU para seguir estos dos últimos años que le quedan de mandato, o si Provincias Unidas, Macri y otros se tiran arriba de la granada. En síntesis, el lunes se definirá si es con un Milei diferente, o sea intervenido, o sin Milei. El “peluca anticasta”, yace en los recortes de Tik Tok.

Por eso la incertidumbre de estas elecciones está solo en el lunes y en esa originalidad del fenómeno argentino que debe de ser análisis sociológico: ¿Cuáles son las motivaciones reales de la población para votar a Milei? ¿Es un convencimiento de que sí o sí, más tarde o más temprano, la economía repuntará o, como dice Durán Barba, la gente vota emociones y pesa mucho la idea de quién NO querés que esté en el gobierno?

Tal vez, sea un buen momento para pensar objetivamente qué es lo mejor para el desarrollo de nuestro país, su soberanía y su futuro, ¿no?

Por fin ya llega el domingo, y sabremos esos números. Aunque lo que ya sabe el pueblo argentino es que tendrá dos años por delante en los que la agudización de los problemas económicos, las crisis políticas y la conflictividad social irán, inevitablemente, en sostenido ascenso. 

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