Categorías
Política Soberanía

Dólar soja, un premio a la especulación

Por Germán Mangione

Este domingo Sergio Massa anunció la implementación de un nuevo mecanismo para tentar a que liquiden a los productores que retienen soja e impiden el ingreso de divisas. En medio de las negociaciones con el FMI y el ajuste social destinado a reducir el déficit, el gobierno abre la canilla del gasto para premiar a uno de los sectores que más gana en la Argentina.

Mediante el decreto 576 de necesidad y urgencia se creó el “Programa de Incremento exportador” apuntado a mejorar la liquidación del complejo sojero.

La medida, acordada centralmente con las agroexportadoras, crea un régimen para que las exportaciones de soja se liquiden hasta el 30 de septiembre a un tipo de cambio de $200, con la intención de ingresar en el mes al país US$5000 millones, de los cuales está urgido el central por la escases de reservas.

El nuevo mecanismo viene a reemplazar el creado por Batakis, que no dio resultado y fue criticado por el agro por “complejo de implementar”

Además de esta “devaluación enfocada” (que en la práctica lleva las retenciones a la soja a 0 durante septiembre), la medida implementa otros beneficios para quienes vendan su producción hoy retenida en los campos.

Los que participen del mismo con más del 85% de su producción retenida “podrán acceder a los beneficios y programas que establezca la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca para la cosecha 2022-2023”, abriendo la puerta a futuras reaperturas de valores preferenciales u otros beneficios fiscales.

Más allá de todas las discusiones e hipótesis, es un hecho que los productores y exportadores retuvieron este año su producción a la espera de un mejor precio que podía llegar si se daba una devaluación. Y con esta medida en gran parte lo consiguieron.

Si bien los informes de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) para los primeros meses del año dan cuenta de un ingreso de divisas un 11% superior al mismo periodo del año anterior (USD 25.697 millones para lo que va de 2022), ese incremento fue por el fenomenal aumento de los precios internacionales, y no por las cantidades exportadas que cayeron abruptamente desde mayo de este año cuando comenzó la presión devaluatoria.

Es un hecho que los productores y exportadores retuvieron este año su producción a la espera de un mejor precio que podía llegar si se daba una devaluación.

Los productores habían vendido hasta la semana pasada el 51,6% del total de los 44 millones de toneladas de la soja del periodo 2021/2022, por detrás del ritmo de ventas del 62% reportado en la campaña anterior a la misma fecha, informó el Ministerio de Agricultura.

¿CUÁNTO LE CUESTA AL ESTADO ESTE “SUBSIDIO” A LOS PRODUCTORES SOJEROS?

Pero este premio a la especulación que entregará el gobierno no es gratuito para las arcas públicas. En la conferencia brindada en el Ministerio de Economia el mismo Massa se encargó de remarcar el  costo fiscal de la medida: 600 mil millones de pesos.

Esto se da en medio de medidas de ajuste que se calculan en 128 mil millones de pesos y que apuntan a achicar el déficit fiscal y cumplir con las metas que exige el FMI. Una contradicción que ya nadie en el gobierno parece preocupado en explica u ocultar: ajuste a partidas sociales y subsidio a especuladores.

¿Pero de donde va a salir esa plata? En el mismo decreto, en su artículo 14, se faculta al Ministerio de Economía a emitir letras en dólares a 10 años “por hasta un monto tal que cubra la diferencia patrimonial por las operaciones del presente Decreto acaecidas al Banco Central de la República Argentina, las que devengarán una tasa de interés igual a la que devenguen las reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina por el mismo período y cuyos intereses se cancelarán semestralmente”.

Ajuste a partidas sociales y subsidio a especuladores, pagado con más deuda.

PALMADA EN LA ESPALDA Y MÁS PRESIÓN.

En el acto de anuncio de la medida se pudo ver en primera fila a la plana mayor del lobby agroexportador, hoy agrupado en el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA): Gustavo Idígoras (CIARA), Luiz Zubizarreta (DREYFUS, ACSOJA y Cámara de Puertos Privados), José Martins (presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires) y Roberto Urquiza (ADG) entre otros.

Su presencia no fue casual, la medida fue acordada por el gobierno con el sector agroindustrial para tentar a los productores, que no participaron del acto.

Los popes de la agroindustria festejaron la medida, aunque como siempre les pareció poco.

José Martins, aseguró que “la reunión con Sergio Massa dejó en los empresarios un mensaje claro: hay una convicción clara del que gobierno respetará los acuerdos firmados con el FMI y respetará lo convenido en materia fiscal. Sobre lo anunciado, no es lo que más nos gustaría, ya que venimos bregando por una reducción gradual de las retenciones. En este caso será una medida coyuntural, pero considero que al productor agropecuario esto le sirve. Por lo pronto es un precio mejor por un mes y equivale a retención cero. Veamos cómo funciona la medida. Quizás nos dé un impulso para seguir negociando y cambiar las cosas”.

Luis Zubizarreta afirma que Massa “puso en valor al sector (oleaginoso), y eso es bueno, donde destacó mucho el rol y potencialidad que tiene. Allí hay un reconocimiento que hay que cambiar de estrategia y trabajar juntos para que el sector se desarrolle. Ojalá que pronto podamos hacerlo”

Por su parte Gustavo Idígoras, quien suele ser la voz cantante del sector, comentó a medios nacionales que “es una mejora significativa que, aunque sea temporal, tendrá un impacto directo en el precio de la soja en el mercado interno. Entendemos que esto ha surgido del proceso de consultas que abrió el gobierno desde hace semanas con las entidades de productores y los demás eslabones de la cadena”.

Aunque advirtió que “esta medida temporal muestra que el gobierno debe trabajar una política pública que reduzca de forma permanente la alta carga tributaria de la cadena de soja”, marcando el tono general del sector que en 2021 tuvo ganancias record, y que según la revista Mercado tuvo a 5 empresas entre las 10 que más ganaron en país, pero que tras la aceptación de la medida dejó claro que quiere más…mucho más.

En el mismo sentido los productores aclaran que no se van a conformar con este dólar a medida. Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), expresó que “esta medida del dólar soja, si bien debería representar una mejora en el valor del producto, está lejos de acercarse al precio internacional como pasa en países vecinos como Uruguay o Paraguay”.

“Esta medida temporal muestra que el gobierno debe trabajar una política pública que reduzca de forma permanente la alta carga tributaria de la cadena de soja”,

Gustavo Idígoras, CIARA – CAA

Por su parte los pequeños y medianos productores, y la agricultura familiar, ven la medida desde lejos y con la ñata contra el vidrio. No es este sector de la producción el que tuvo capacidad de “guardar y esperar mejores precios”, por lo que de este “premio” les toca poco y nada.

EL DECRETO ES EL MENSAJE

Nadie puede mostrarse sorprendido con la actitud del sector que lejos de acordar con el gobierno este subsidio millonario exige más y presiona para la liberalización total del comercio exterior.

Siempre ha sucedido así, y ante cada concesión a los sectores concentrados (y hubo muchas) estos presionan aún más.

La moraleja (si esto fuese un cuento y no la triste realidad) es que cuando te arrodillas ante los poderosos no te acarician la cabeza, sino que te la patean.

Desde la llegada del Frente de Todos al poder la política con los sectores de poder ha sido la misma. Negociar y conciliar buscando evitar el conflicto. Algo que solo ha resultado en más presiones y exigencias del poder real local e internacional.

Vicentin y la concesión del Paraná son claros ejemplos.

Y ese modus operandi no cambio con la llegada de Massa sino que se profundizó. El dólar soja es una más de varias medidas que el equipo económico del expresidente de la Cámara de Diputados ofreció al sector: flexibilización de las exportaciones de carne vacuna, prórroga del corte de biodiésel con gasoil, y nuevo impulso legislativo a la Ley Agroindustrial elaborada por el lobby sojero, entre otras.

La moraleja (si esto fuese un cuento y no la triste realidad) es que cuando te arrodillas ante los poderosos no te acarician la cabeza, sino que te la patean.

Y no es posible esgrimir ya que sean solo ideas de Massa. Al día siguiente de conocida la medida los referentes del kirchnerismo de pura cepa se apuraron a apoyarla mostrando un aval incuestionable.

“Esperamos que productores y exportadores acompañen este esfuerzo para fortalecer las reservas y la economía argentina”, expreso en sus redes Axel Kicillof, mientras que Mayra Mendoza tuiteo: “Esperamos que productores y exportadores acompañen este esfuerzo para fortalecer las reservas y la economía argentina”

El mensaje no deja lugar a dudas: Finalmente ganan los especuladores y los que con la concentración del poder económico extorsionan al estado.

Son finalmente quienes terminan decidiendo el precio de nuestra moneda, al definir el precio del dólar. No existe la soberanía monetaria. Una vez más reaparece la necesidad de recuperar algunas palancas claves de la economía como el comercio exterior, y el retroceso en el ingreso del estado a Vicentín como una oportunidad perdida.

Y no solo ganaron los exportadores y el complejo sojero, sino que ganan en un momento que las grandes mayorías pierden por el recorte fiscal, pero también con la inflación galopante.

Porque aunque el nuevo superministro asegure que como es para el complejo sojero, la medida no va a afectar el plato de los argentinos porque no consumimos soja,  este parece desconocer algunos de los mecanismos básicos por los cuales el complejo agroexportador viene golpeando la mesa de los argentinos trasladando el precio internacional de los alimentos al mercado interno.

Por ejemplo en el costo de la producción de la carne de cerdo, el pollo o la leche en el que el expeller y la harina de soja son utilizados para alimento de animales y pueden llegar a incidir hasta en un 30%

El gobierno parece seguir por un camino sin retorno, el de complacer a los poderosos de adentro (productores) y de afuera (exportadores y el FMI) a costa de cualquier precio, incluso el empeoramiento de las condiciones sociales de las grandes mayorías.

Lo que lo coloca ante una doble pinza. Por un lado la avanzada reaccionaria que es capaz de cualquier cosa (como se viene demostrando con los ataques al campo popular que tuvieron su máxima expresión con el intento de magnicidio a la vicepresidenta), y por el otro un gobierno entregado a los poderosos que genera malas condiciones de vida para las mayorías facilitando el caldo de cultivo para los consensos que estos sectores necesitan para su avanzada reaccionaria.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.