*Por Romina Coronello
Desde que Javier Milei asumió la presidencia en nuestro país, hace casi 7 meses, ha impulsado reformas estructurales que favorecen a los grandes capitales extranjeros y aliados, a costa de sectores del capital nacional, perjudicando a la clase trabajadora y sectores populares. En este marco, mujeres y disidencias son quienes sufren particularmente las consecuencias de estas políticas como resultado de una desigualdad de género que el gobierno no solo niega, sino que está dispuesto a profundizar. ¿De qué manera? ¿Cómo es posible este avance en el país del Ni Una Menos y la Marea Verde? ¿Qué rol ocupa el género en la articulación del neoliberalismo con las nuevas derechas en la llamada batalla cultural?
Crónica de un desmantelamiento anunciado
Ya lo había advertido Simone: “Bastará una crisis política, económica o religiosa, para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados”[1], y en efecto, la degradación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad a Subsecretaría dentro del Ministerio de Capital Humano fue una de las primeras medidas tomadas por el gobierno de La Libertad Avanza (en adelante LLA) con el objetivo de desmantelar el Estado, principalmente sus políticas sociales, en pos del ansiado equilibrio fiscal que, según los defensores de este modelo, es el origen de todos los males de nuestro país. El argumento: los derechos de mujeres y disidencias son presentados como gastos menos urgentes, irrelevantes, o lo que es más grave, un “curro”. Bajo esas premisas y desde su asunción se toman medidas que atacan sistemáticamente aquellos logros alcanzados por el movimiento de mujeres y disidencias en el camino por la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.
Durante el pasado mes de junio, a solo 6 meses de su desjerarquización, la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género fue cerrada y con ello sus programas de prevención, protección y acompañamiento a las víctimas vaciados, (que incluyen la Línea 144 y el Programa AcompañAR), lo que significó el despido del 85% de sus trabajadoras y trabajadores. También desmantelaron los equipos de la Dirección de Abordaje Integral de Casos de Femicidio, Travesticidio, Trans Femicidio y delitos contra la integridad sexual, el programa Acercar Derechos, así como el equipo de capacitaciones en el marco de la Ley Micaela[2] cuyo primer artículo intentó ser eliminado (en la fallida Ley Ómnibus) lo que implicaba, en palabras del padre de Micaela Garcia, prácticamente derogarla.
Estas medidas, que se traducen no solo en el despido de sus trabajadoras y trabajadores sino también en el abandono de mujeres y disidencias, se inscriben en un proceso más amplio de desguace del Estado, pero también se conjugan con la impugnación del gobierno al movimiento que supo conquistar a través de sus luchas la institucionalización de sus derechos. Las declaraciones, provocaciones y anuncios realizados durante la actual gestión lo confirman:
A las amenazas del cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades al que le daría “pista”, y las acusaciones a la ESI de ser “un mecanismo para deformar la cabeza de la gente”, entre otras declaraciones pronunciadas por Javier Milei durante la campaña, se sumaron otras a lo largo de la gestión como la realizada en el Foro Económico Mundial en Davos donde calificó al feminismo como una “pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer”. En esa línea, el video institucional que acompañó el renombramiento del Salón de las Mujeres del Bicentenario en la Casa Rosada (por decisión de Karina Milei) se afirmó que no se promovería “el guiño político a militancias que generan discordia entre los argentinos, un movimiento del momento que las mujeres tampoco necesitamos”; lo que fue una clara provocación a las mujeres que se convocaron en las plazas de todo el país ese mismo 8M.
Con el mismo tono, se había anunciado la prohibición del lenguaje inclusivo y la eliminación de la perspectiva de género en todos los organismos de la administración pública y continuó acompañando otras medidas. En el marco del debate por la Ley Bases, por ejemplo, el presidente negó la brecha salarial de género y desconociendo las tareas de cuidado, incluso las realizadas por su propia madre, para expresarse a favor de la eliminación de la moratoria previsional dentro de dicho cuerpo normativo, en sintonía con el cierre del Programa Registradas, que impulsaba la formalización de trabajadoras de casas particulares. Meses antes, su vocero Adorni también había negado que la violencia tenga género al referirse a los lesbicidios de Barracas, diciendo que “la violencia es más abarcativa” en correspondencia con la eliminación de la Subsecretaría específica de Protección contra la violencia de género con la que iniciamos este recorrido. En este marco, la amenaza contra la ESI y la Ley del Aborto Legal sigue latente.
De esta forma, cada una de las decisiones políticas que se han tomado en la materia fueron acompañadas de “dichos” que tienen como objetivo desacreditar al movimiento de mujeres y disidencias junto con sus avances. Esto no es solo un estilo de comunicación, sino una estrategia que retroalimenta y legitima los discursos misóginos, antiderechos y autoritarios que el gobierno de LLA supo capitalizar en su favor y que se vienen sosteniendo desde los sectores neoconservadores desde hace algunos años. Por un lado, en nuestro país, estos se congregaron en torno a la consigna “con mis hijos no te metas” o los pañuelos celestes. Por otro, se conjugan con ideas promovidas en la denominada manosfera, integrada por comunidades digitales (blogs, páginas, foros, entre otras) donde se expresan masculinidades que sostienen y avalan el discurso misógino al considerarse victimas de una persecución feminista. El actual presidente también ha apelado en varias ocasiones a estas subjetividades, por ejemplo, diciendo que no iba a sentir vergüenza por ser un hombre blanco, rubio y de ojos celestes.
El vinculo entre este gobierno neoliberal y los sectores que atacan la agenda feminista no es exclusivo de nuestro pais, sino que representa la forma actual que adquiere la articulación de dos sistemas de dominación ya harto conocidos, el capitalismo y el patriarcado, y que se expresa en la existencia de gobiernos neoliberales de ultraderecha (como lo fue el de Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil o Bukele en El Salvador) que confluyen, entre otros aspectos, en torno al rechazo de lo que denominan “ideologia de género” y que inscriben dentro de la llamada batalla cultural. De esta forma, el ataque a los movimientos de mujeres y disidencias y con ello, el aval a la desacreditación de sus luchas y al vaciamiento de sus logros, resulta necesario para lograr imponer el ajuste en favor de los grandes capitales internacionales y sus aliados. ¿Por qué?
Los análisis interseccionales de la desigualdad ya han dado la respuesta, las mujeres representan la base del sistema económico actual, y al mismo tiempo son, junto con las disidencias y diversidades, quienes “constituyen las filas de la pobreza, la desocupación y el empleo precario” , representando el 63% del decil de menores ingresos en relación a los varones y sólo el 36,94% del decil de mayores ingresos.[3] Además, como sector más golpeado, también es el que en las últimas décadas ha logrado protagonizar las luchas en términos de transformaciones sociales.
Visibilizar estos vínculos resulta central para inscribir el rol de los feminismos no solo en la defensa de los derechos, sino en la resistencia y construcción de alternativas.
Defender, Resistir, Reconstruir
Una de las cosas que suceden cuando la marea baja, es que deja al descubierto la orilla. Desde allí, la aparente calma permite observar lo que la marea trajo, lo que se llevó y lo que había en el fondo. En algunas ocasiones, una contramarea se gesta y dificulta este proceso, tapando y obstruyendo la visibilidad. En este nuevo escenario y frente al ataque directo a nuestros derechos, vidas, identidades y luchas, hay preocupación, incertidumbre, angustia y también cuestionamientos. ¿Dónde están las feministas? ¿Se pasaron de vuelta? ¿Sus objetivos ya están cumplidos? ¿Qué hacer? En las masivas jornadas del 8M en todo el país destacó una consigna como respuesta: “Ustedes tendrán el Salón, nosotras las calles” ¿Cómo ganarlas nuevamente? ¿Cómo interpelar a las masculinidades? ¿De qué manera defender los derechos conquistados, resistir a este modelo y oponer una alternativa?
Que la existencia de un llamado backlash[4] antifeminista no nos confunda. La alianza entre el neoliberalismo y la ultraderecha tiene como objetivo disciplinarnos, silenciarnos y romper el tejido social junto los consensos que hemos construido, pero que no por ello han dejado de existir. Muestra de esto es que, incluso desde una parte de las derechas buscan disputar los sentidos del los feminismos (algo que tampoco es nuevo) por ejemplo, oponiéndose solamente al que llaman “feminismo radical”; o vaciando y desfinanciando desde el gobierno nacional programas que, sin embargo, aseguran mantener -transfiriendo responsabilidades a las provincias-[5] y modificando posturas que habían sido de rechazo durante la campaña, a posicionamientos que discursivamente aluden a la promoción como en el caso de la ESI.[6] Otro fenómeno que se ha expresado en las últimas elecciones, pero que no es propio de nuestro país, es la aparente brecha de género que existe entre el voto masculino y femenino de la denominada Generación Z, siendo este último “más progresista”[7].
Algunas referentas alientan el análisis y la acción: “Que no nos echen la culpa”; Es momento de ajustar el balance para repensar desde allí , no sólo para plantear cuáles han sido los alcances, errores y aciertos del movimiento sino para también identificar los nuevos desafíos que nos permitirán construir las resistencias a este modelo. También señalan que “Hay que volver a la realidad”; “Hay que hacer todo de nuevo”. Podemos y debemos hacerlo, porque al individualismo neoliberal que abandona, el feminismo propone y construye redes colectivas de apoyo; frente al extractivismo y la reprimarización de nuestra economía; opone soberanía sobre nuestros cuerpos y territorios; a las dinámicas autoritarias y verticalistas de poder, la horizontalidad y democratización en las tomas de decisión; y a la división sexual del trabajo, la reorganización de los cuidados. Incluso hoy, y desde estas lógicas, frente al ataque constante y pormenorizado de este gobierno, mujeres y disidencias se encuentran resistiendo en los barrios y comedores populares, en los lugares de trabajo, cuidado, estudio y en sus organizaciones transformando la cotidianeidad de una forma continua porque cuando la marea baja, solo lo hace para subir nuevamente. A este sistema que conjuga modos de dominación que dividen el campo popular (por clase, género, raza, entre otros) para perpetuarse, habrá que oponer también la articulación de las demandas desde distintos sectores. El movimiento de mujeres y disidencias tiene dicha capacidad. Defender los derechos conquistados, resistir la ofensiva actual, y pensar en cómo transversalizar las luchas son algunos de los desafíos que se presentan en la construcción de alternativas por una sociedad justa e igualitaria.
[1] De Beauvoir, S. (2009). El segundo sexo. Espasa Calpe. (Original publicado en 1949).
[2] Cabezas, M (2024, julio 10). Mal, pero acostumbradas. Feminacida. Recuperado de https://www.feminacida.com.ar/mal-pero-acostumbradas/
[3] Informe de la Secretaría de Género – CTA. Disponible en: https://iec.conadu.org.ar/wp-content/uploads/2024/05/2024-Informe-Secretaria-de-Genero-CTA-2_Mayo2024-resumen.pdf
[4] El término inglés backlash, proveniente de la sociología de la cultura, remite a una reacción social negativa, frente a un fenómeno social de relevancia.
[5] Respecto del Plan ENIA ver:elDiarioAR. (2024, julio 26). Un programa logró reducir un 50% el embarazo adolescente de riesgo y quieren provincializarlo. elDiarioAR. Recuperado de https://www.eldiarioar.com/blog/punto-de-encuentro/programa-logro-reducir-50-embarazo-adolescente-riesgo-quieren-provincializarlo_132_11549346.html
[6]Perfil. (2024, julio 24). Cambio rotundo: el gobierno de Milei mantendrá la promoción de la educación sexual integral. Perfil. Recuperado de: https://www.perfil.com/noticias/politica/cambio-rotundo-el-gobierno-de-milei-mantendra-la-promocion-de-la-educacion-sexual-integral.phtml
[7] Calvo, E., Kessler, G., Murillo, M. V., & Vommaro, G. (2024, febrero 9). No los une el espanto. Revista Anfibia. Recuperado de https://www.revistaanfibia.com/no-los-une-el-espanto/