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Bolivia: un triunfo desde la raíz

*Por comité editor de Revista Lanzallamas

Contra todos los pronósticos se ha abierto un nuevo escenario político en Bolivia: tras el impacto sufrido por el golpe de Estado contra Evo Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS) recuperó el lugar que ocupó desde 2005.  El triunfo de la fórmula encabezada por Arce y Choquehuanca estimula y potencia la lucha de los pueblos de nuestra América. El proceso electoral demostró que la conciencia por los derechos conquistados sigue siendo muy fuerte. Es un triunfo desde la raíz.


En las elecciones generales del 18 de octubre triunfó, por una enorme diferencia, el Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP). La fórmula Arce y Choquehuanca ganó en primera vuelta la presidencia y la mayoría de las dos cámaras de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Al momento de escribir estas líneas, con más del 90% de los cómputos, el MAS-IPSP llegarían 54.56%.    

“Por nuestra parte, nuestro compromiso, es trabajar, llevar adelante nuestro programa, vamos a gobernar para todos los bolivianos” sostuvo Luis Arce. Mientras que la presidenta de facto, Jeanine Áñez, reconocía que, aunque no es el cómputo oficial, la victoria de MAS se ve segura. En las próximas horas y días el resto de los candidatos y gobiernos del mundo fueron reconociendo el triunfo de la formula.

La elección de Luis Arce como representante del partido se debe, en gran parte, al éxito económico que se atribuye a su gestión, según datos del informe del Observatorio Electoral de COPPPAL[1] : “Bolivia creció a un promedio de 4.9% durante la gestión del MAS, y redujo la deuda externa, que en 2005 alcanzaba el 51,6% del PBI y, hacia 2017 representaba el 33,8% según datos del Ministerio de Economía y Finanzas. Aquella estabilidad económica, sin antecedentes en la historia del país, es una de las grandes banderas que defiende el candidato para convocar al electorado, más aún dado el contexto recesivo por la pandemia del COVID-19”.

Adriana Salvatierra, es una de las referentas más importantes del proceso político encabezado por Evo Morales. Fue presidenta de la Cámara de Senadores hasta su destitución por el golpe de Estado, militante de la Columna Sur y sufrió en carne propia la persecución de la derecha golpista. En diálogo con Lanzallamas afirmó que el resultado electoral ratifica la vigencia política del proyecto político del MAS-IPSP: “Habían discusiones en torno a si se sostenía o no nuestra revolución democrática y cultural, se hablaba del ‘cumplimiento de un ciclo’, y esto pone en evidencia que se trata de la vigencia de las ideas que defienden al más humilde, que promueven la ampliación y materialización efectiva de los derechos y de las ideas que se ocupan de incentivar una mayor democratización de la riqueza”. Remarca la relevancia del triunfo en una “América Latina que está en permanente disputa, que se enfrenta a los poderes norteamericanos, pero que en condiciones absolutamente adversas sus pueblos resisten”.

Sobre si existen garantías en que se respete la voluntad popular, Salvatierra enfatiza que “no existen resultados ajustados, ni proyectos alternativos que se sobrepongan y creemos que eso es bastante importante ¿Cómo se logra esta gobernabilidad? Debe ser fundamentalmente a partir de nuevos acuerdos que permitan reconducir los debates por la vía democrática porque eso fue lo que se rompió en el último tiempo en nuestro país. Este proceso electoral ha vuelto a despertar la conciencia de los derechos conquistados y de lo que se puede perder cuando entra un gobierno de derecha”.

El proceso político en marcha sigue la línea que rompe con las miradas clásicas europeizantes de la política, en la que la impronta de las raíces originarias y latinoamericanas irrumpe nuevamente con fuerza. Es continuidad de los enormes avances que logró el proceso iniciado en 2005 con las presidencias Evo Morales y García Linera. Según Fernando Molinas, “el promedio del PIB per cápita en el periodo 2006-2017 fue de 2.392 dólares, tres veces el del periodo 1994-2005, la extrema pobreza monetaria bajó de 38 a 18%. Lo que, como es lógico, disminuyó la desigualdad: hoy el décimo más rico de la población recibe un ingreso 47 veces mayor que el décimo más pobre, mientras que en 2005 esta diferencia era de 128 veces. Si en 2005 solo el 35% de la población pertenecía a la clase media, en 2017 pertenece a ella el 58%, 6,5 millones de personas”. 

Luego del golpe, la posterior masacre y la heroica resistencia las organizaciones populares, obreras, campesinas e indígenas fueron recuperando terreno y dando los debates internos para la reorganización en vistas a poder enfrentar en las calles y electoralmente a sus adversarios de la derecha y centro-derecha boliviana. La lógica siguió siendo la diada: MAS-AntiMAS, este factor fue una de las claves ante la división de la derecha en dos listas: Mesa y Camacho. La bajada de Jaenine Añez no alcanzó y tampoco pareciera haber alcanzado si unían todas las listas ya que el MAS superó ampliamente el 50% de los votos.

El mismo día de la elección el gobierno de Añez jugó a atemorizar al electorado. Consultamos al periodista exiliado en Argentina, Christian Velasco Rojas (Plataforma Comunicacional La Resistencia Bolivia) quien afirmaba que “el clima electoral se ha desenvuelto en medio de una militarización absoluta del país, entre policías y militares con tanquetas y armamento pesado. Fue la última carta que se jugó el gobierno de facto de Jeanine Añez para intentar llevar a los bolivianos a emitir su voto en medio del miedo.”

El voto en el exterior cumplió un papel importante. En diálogo con Lanzallamas, Ademar Valda, Ex Cónsul General de Bolivia en Buenos Aires, desde septiembre de 2019 hasta el golpe de Estado, indicó que “el proceso electoral se desarrolló en un contexto bastante negativo donde tanto en Bolivia como en el exterior se vieron cuestiones que nunca antes se habían vivido en democracia: en el exterior se ha podido evidenciar muchas irregularidades por parte del OEP (Órgano Electoral Plurinacional) que tenían un objetivo -como lo advertimos en su momento- que era desinformar a la gente y con esto generar un gran ausentismo; se cambiaron mesas de votación a último momento y mucha gente no sabía dónde podía sufragar…en el caso argentino se inhabilitaron a más de 24 mil votantes de un padrón electoral de 166 mil habilitados. A pesar de esta acción negativa de la OEP se evidenció en el proceso electoral una vocación pacífica y democrática del pueblo boliviano”

Valda enfatiza asimismo que Argentina cumplió un rol fundamental en este proceso electoral. “A nivel electoral el voto a favor del MAS de los residentes bolivianos llegó al 88, 14% -lo que significa un 1,5% del padrón electoral general aproximadamente-, pero más allá de este número Argentina se constituyó en un país referente donde está todavía refugiado el ex presidente Evo y una gran cantidad de ciudadanos bolivianos que fueron perseguidos políticamente por el gobierno de Jeanine Añez. Junto con México, Argentina fue el puntal de respeto a la democracia y de lo que significa la voluntad popular, en término históricos este país expresa también esa resistencia frente aun contexto regional bastante negativo”. Remarca el rol particular jugado por el gobierno de Alberto Fernández.

VENCEDORES VENCIDOS

Uno de los grandes derrotados fue la OEA y su Secretario General Luis Almagro, quienes en las elecciones del 2019, cumplieron un papel nefasto como veedores, con su endeble denuncia de supuesto fraude electoral en un informe muy cuestionado inclusive por medios de Estados Unidos como el New York Times[2], dando pie a la reacción fascista, que anida permanentemente en las elites bolivianas, que terminaría en el golpe.

Las fuerzas de derecha que intentaron reinstalar el neoliberalismo,  avanzar contra las conquistas y  derechos presentaron enormes dificultades para establecerse y ser sostenibles en el tiempo. No fue sólo la pésima gestión de la pandemia. También esa dificultad se expresó en el enorme peso social que poseen históricamente las clases trabajadoras, campesinas e indígenas que fueron sosteniendo la lucha en las calles. Es imposible pensar la política boliviana por fuera de esto.

Sobre este punto y ante la pregunta de que en condiciones quedan las fuerzas derrotada, Salvatierra analiza que su principal problema es que no tienen un arraigo. “En el caso de Carlos Mesa no representa absolutamente nada, era un candidato básicamente de opinión pública. En el caso de Fernando Camacho ocurre lo que pasó en 2008 en un conflicto de carácter similar y es que ante la derrota en el escenario nacional se repliegan a las regiones para disputar y sostener el poder local…creo que la agenda de la oposición radica en territorializar una resistencia al proyecto democrático”.

Un dato no menor para analizar el ideario reaccionario puede leerse alrededor del protagonismo que han tenido las mujeres en la lucha contra el golpe, en la defensa de la democracia y de los logros que venían obteniendo. La referente del MAS señala que “el proyecto conservador que existía detrás del golpe de Estado intentó vaciar el contenido de lucha que se la había imprimido a la agenda de las mujeres en nuestro país: una agenda que conquistó la paridad y la igualdad de género en la representación parlamentaria y política, que logró constitucionalizar ciertos principios que protegen a la mujer de la violencia en todos sus ámbitos. El golpe -a partir de lo que consideran la “ideología de género”- utilizó la religión como una identidad demográfica del poder y ese no es un dato menor porque esa es la siguiente fuerza que tenemos que enfrentar y que se expande en nuestro continente representada en Bolsonaro, en Jeanine Añez, en Donald Trump”.  Enfatiza que en Bolivia la mujer resiste, está empoderada y remarca – a modo de ejemplo- que el 46,5% de los títulos agrarios están titulados a nombre de mujeres…”son una parte central de entender la complementariedad de la sociedad”.

La derecha fascista, racista, civil y militar, con sus monopolios extranjeros que están detrás de los recursos naturales y que nunca van a perdonar la nacionalización de los hidrocarburos, seguramente estén preparando los planes para responder.  Camacho, a pesar de sólo sacar un 14% a nivel nacional, logró un triunfo en Santa Cruz con el 48% de los votos que lo utilizará, seguramente, para reavivar las ansias del autonomismo cruceño.


Fotos: Ronaldo SCHEMIDT / AFP

UN FARO QUE SE VUELVE A ENCENDER

La pregunta sobre cuál es el rumbo de la región sigue abierta. Para el ex cónsul Valda, el triunfo del MAS implica una derrota para la derecha continental: “significa la derrota del golpismo, del neoliberalismo y de los grupos de poder de esa oligarquía que además de restaurar un modelo económico buscaban re instalar en el imaginario colectivo las lógicas de dominación colonial, racistas y discriminatorias en contra de lo indígena”. Además, significa que en Bolivia “nunca hubo fraude, sino que hubo un Golpe de Estado y se ratifica fácticamente con los resultados en el país y en el exterior.

El triunfo de la fórmula encabezada por Arce y Choquehuanca estimula y potencia la lucha de los pueblos de nuestra América. Los errores y aciertos deben ser analizados y balanceados, en primer lugar por su pueblo y sus organizaciones, y luego por quienes compartimos las luchas como propias. Al mismo tiempo, el resultado obliga a repensar las lógicas para profundizar los procesos de cambio y que no queden atrapados y amenazados por las lógicas de instituciones democráticas que están condicionadas por el poder económico y sus fuerzas represivas.

El triunfo se vivió como una lucha de todo el continente, una disputa única. Cada round se empieza a vivir como propio y las luchas nacionales quedan enmarcadas en una lucha continental. Pareciera que se empieza a recuperar ese sentimiento de latinoamericanismo, que puede ser la base para potenciar las luchas al interior de cada nación. Se respiran nuevos aires, que dan fuerza a la necesaria unidad latinoamericana de los pueblos.


[1] https://www.nodal.am/2020/10/informe-preelectoral-de-bolivia-por-observatorio-electoral-de-copppal/

[2] https://www.nytimes.com/2020/06/07/world/americas/bolivia-election-evo-morales.html

https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/la-oea-y-the-new-york-times-se-enfrentan-por-caso-de-fraude-electoral-en-bolivia/

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